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En el manejo sanitario los enemigos del trigo, al acecho

La siembra de los cultivos de granos finos avanza y se acerca a su final. La superficie por sembrarse se restringe al sudeste de la provincia de Buenos Aires, zona tradicionalmente triguera. Por su parte, la zona central y norte de la Región Pampeana muestra que los materiales están con dos a tres hojas expuestas y otros, los implantados más temprano, al inicio del macollaje.

 

Hasta aquí todo normal. Sin embargo, hay excepciones, como la provincia de Córdoba, donde las deficiencias hídricas no favorecen el desarrollo del cereal, así como tampoco permiten la siembra de nuevos lotes, ni de las especies forrajeras.

Debido a estas condiciones deficitarias, es muy importante, según recomienda el área de entomopatalogía de INTA Venado Tuerto, estar muy atentos a la aparición de pulgón verde en trigo.

El daño característico de este insecto, de acuerdo a lo que detalla un informe, es el producido por su aparato bucal, de tipo picador, y los síntomas son los relacionados con la inyección de toxinas que provocan la muerte de los tejidos vegetales, que se tornan senescentes (amarillos).

Las condiciones bioecológicas que permiten el crecimiento y desarrollo de esta plaga son muy parecidas a las que padece la provincia mediterránea. Los especialistas mencionan que el insecto puede reproducirse con bajas temperaturas durante los meses más fríos del año, siendo favorecido por las sequías, y ataques que ocurren durante los meses de junio y julio.

Es importante tener en cuenta, agregan, que antes de tomar una decisión de control químico, esta plaga es atacada por un enemigo natural, que es una especie de avispa parásita que suele tener un gran impacto en la reducción de sus poblaciones (Aphidius sp.). En estos casos, los pulgones parasitados se reconocen por la forma globosa que toma el cuerpo, el cual queda adherido a las hojas del cultivo atacado.

Considerando este aspecto de biocontrol, una alternativa de control químico es mediante el uso de insecticidas sistémicos formulados como terápicos de semilla, que apuntan también al manejo de gusanos blancos. Y la otra, más económica, es el uso de insecticidas en cobertura total.

Por último, el informe dice que para la aplicación el umbral debe ser entre 10% a 20% de plantas atacadas con colonias que indican un aumento de sus aplicaciones.

No cabe duda sobre la importancia de la sanidad y más aun cuando los cultivos se encuentran debilitados por las condiciones climáticas. Entonces, se vuelve decisivo arrancar la campaña con trigos sanos y monitorear desde temprano en el ciclo.

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