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Las principales enfermedades fúngicas del cultivo de maíz. Reconocimiento y recomendaciones de manejo

Muchas de las enfermedades de la parte aérea son producidas por patógenos cuya sobrevivencia depende del rastrojo, en la etapa que ocurre entre el cultivo y la próxima campaña.  Desde un punto de vista práctico, se pueden clasificar las enfermedades del maíz de acuerdo al órgano dañado (Cuadro 1). No todas las etapas del cultivo son de igual importancia en la definición del rendimiento. Particularmente la tasa de crecimiento de las plantas de maíz durante los 40 días próximos a R1 (emergencia de estigmas) influye significativamente en la definición del número de los ovarios fecundados y consecuentemente en el número final de plantas fértiles (Andrade y Salas, 2000). La presencia de enfermedades durante este período crítico puede afectar más el rendimiento y limitar de manera más determinante la producción final que si ocurriese en otra etapa del cultivo (de Souza, 2007).

 

Cuadro 1. Clasificación de las principales enfermedades del maíz de acuerdo al momento de aparición en el cultivo y el órgano afectado



De acuerdo a los trabajos zonales, entre las enfermedades foliares más importantes de la zona maicera núcleo se destacan la roya común, los tizones, y las podredumbres de raíz y tallo. El manejo integrado se ha convertido en una necesidad, y el uso de insumos que permitan mantener una buena calidad del grano a cosecha, y disminuir potenciales problemas en su posterior utilización como alimento, pasa a ser una herramienta necesaria para quien busque mejorar los sistemas de cultivo.

La importancia del reconocimiento de síntomas y signos

Roya común afecta al cultivo hacia el estado de floración, donde se han registrado los mayores incrementos en incidencia según trabajos regionales (Sillon y col, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012). El agente causal es Puccinia sorghi, que necesita de los tejidos vivos de la planta de maíz para desarrollarse y puede presentar más de un ciclo durante la estación del cultivo. Las condiciones ambientales predisponentes son temperaturas moderadas (16ºC a 23ºC) y alta humedad (mojado foliar). Es efectivo el uso de híbridos resistentes y la aplicación de fungicidas al follaje, en el período comprendido entre panojamiento (VT) y emergencia de estigmas, conocido como R1 (Foto 1).


Manchas y Tizones de la hoja por Helminthosporium. Hongos necrotróficos, diseminados por el viento a través de sus fructificaciones asexuales llamadas conidios. El clima moderado (18ºC) y húmedo, con presencia de rocío, favorecen estas enfermedades. Las principales medidas de manejo son la rotación de cultivos, el uso de híbridos resistentes y la aplicación de fungicidas al follaje. Varios agentes causales ocasionan diferentes tizones (Cuadro 2), pero su manejo es similar (Formento, 2001).

 

Cuadro 2. Principales tizones ocasionados por el género Helminthosporium




Foto 2. Detalle del síntoma ocasionado por el tizón de maíz, em cultivos de segunda, zona de San Francisco (Córdoba). Foto: M.Sillon, corredor sanitário Ruta 19.



Mancha gris. También llamada mancha lineal por su síntoma. El hongo (Cercospora zeae-maydisCercospora sorghi var. maydis) sobrevive en el rastrojo del cultivo y sus esporas son dispersadas por el viento o las salpicaduras de lluvia. Los fungicidas foliares actúan sobre el patógeno, pero deben ser aplicados a los primeros síntomas para resultar efectivos (con muy baja severidad en hojas).

Mancha en ojo ó mancha ocular. El agente causal, llamado Aureobasidium zeae, (previamente conocido como Kabatiella zeae) sobrevive en el rastrojo desde el cual se disemina. (Formento, 2005) Favorecido por el monocultivo, los síntomas se visualizan primero en las hojas viejas: Manchas pequeñas, redondeadas, translúcidas al principio, de tejido necrótico color canela, rodeado de halo color púrpura o amarillento, cuando coalescen generan áreas necróticas de color canela, diferenciándose en forma y color de la mancha gris, aunque en cultivos muy atacados se presentarán en la misma hoja.

Antracnosis. Es un hongo necrotrófico (Colletotrichum graminícola) que sobrevive en restos del cultivo enfermos, como tallos. Las esporas que provienen de residuos desintegrados son transportadas por el viento o el agua que salpica las hojas de las plantas de maíz, introduciéndose por los estomas, o directamente por la epidermis. También se transmite por semilla. La intensidad de esta enfermedad aumenta considerablemente con el monocultivo. Durante la presente campaña agrícola este patógeno junto a los que ocasionan los tizones se presentaron con mayor intensidad en los cultivos de segunda fecha de siembra, marcando una diferencia importante con la epidemiología de los cultivos sembrados en octubre y noviembre, donde la enfermedad de mayor severidad fue la roya común (Gráfico 1).


Gráfico 1. Variación en las prevalencias de roya común y enfermedades de fin de ciclo (Tizones y Antracnosis=TyA), para ambas fechas de siembra en período 2008-2013. 



Las podredumbres de raíz y tallo, se presentan después de floración, que es el estado en que los factores involucrados en la aceleración de la senescencia natural contribuyen al aumento de la susceptibilidad de las plantas. Los organismos causales están presentes en casi todos los campos, y la ocurrencia de la enfermedad está fundamentalmente influenciada por el ambiente, y el efecto que éste tiene sobre el híbrido. Los daños de lepidópteros, las enfermedades foliares o insuficiente agua disponible son factores que pueden desencadenar las PTR

Los agentes causales son hongos que persisten en el suelo y rastrojos, por lo tanto la siembra directa bajo monocultivo asegura su supervivencia. Por otra parte, la siembra directa permite almacenar y disponer de mayor humedad en el suelo, factor que disminuye la susceptibilidad a las PTR. En los últimos años, en la región maicera de Argentina, estos problemas sanitarios han progresado en forma sostenida, tanto en prevalencia como en intensidad, con mayor impacto en maíces “de segunda” asociado a ciclos con déficit hídrico.

 

Foto 3. Izquierda, planta afectada con antracnosis, derecha planta sana. Maíz de segunda, centro de Santa Fe. Foto: Sillon,M. gira técnica grupo CREA.




Recomendaciones y Prácticas en Manejo de Enfermedades del Maíz

 

a- La herramienta “más económica” es la elección del híbrido, presentando el mercado de maíz una excelente oferta de materiales con buena comportamiento a distintos problemas sanitarios.

b- La aparición y progreso de la roya ocurre tempranamente en el cultivo, y en híbridos susceptibles es conveniente que la aplicación de fungicida sea entre V6 y R1.

c- La rotación es una herramienta que tiene impacto directo en la reducción del inóculo primario de una enfermedad ocasionada por patógenos que sobreviven en el rastrojo.

d- Los tizones y manchas foliares están ocasionados por patógenos que sobreviven en el rastrojo y tienen períodos de latencia largos, con lo cual pueden estar presentes en el cultivo mucho antes que “el ojo del técnico” los determine.

e- Hay respuestas positivas en rendimientos con el control de manchas foliares mediante fungicidas aplicados en el momento de floración, pero el control de tizón no es bueno si se posterga la aplicación del fungicida y se realiza con severidades mayores al 20%.

f- Desde 2007 a la fecha hay un incremento sostenido de las podredumbres de tallo, afectando principalmente a los maíces de segunda fecha de siembra.

g- Un segundo beneficio de la aplicación de fungicidas radica en disminuir la predisposición a estas podredumbres de tallo y a lograr mejor calidad de grano disminuyendo el porcentaje de espigas afectadas con hongos.

h- Las buenas prácticas culturales contribuyen a disminuir el impacto de las enfermedades (fecha óptima de siembra, cosecha oportuna, fertilización equilibrada).

i- El monitoreo desde V6 junto con el seguimiento de las condiciones predisponentes serán las claves para decidir el posible uso de fungicidas como medida de protección del cultivo.



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“la tasa de crecimiento de las plantas de maíz durante los 40 días próximos a R1  influye significativamente en la definición del número de los ovarios fecundados y consecuentemente en el número final de plantas fértiles”

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