Con el objetivo de aportar información valiosa para productores, se llevó a cabo en el campo del productor Alberto Yaccuzzi en Villa Ocampo (departamento General Obligado) una jornada para analizar los devastadores efectos que produce el picudo algodonero.
El ingeniero del INTA Reconquista Mariano Cracogna comentó que la principal característica del establecimiento seleccionado para el encuentro era que aún alojaba muchas plantas de algodón del año pasado y que eso le permitió a la plaga mantenerse activa durante todo el invierno, sobre todo porque hubo pocas heladas. Pese a ello se volvió a sembrar el cultivo. “Con las primeras flores el picudo ya estaba en la zona y como es una plaga de tipo explosiva, enseguida se reproduce; y estas son las consecuencias de no destruir correctamente el cultivo anterior”, precisó el profesional.
El profesional se lamentó de que “siempre cuesta llegar al productor, tanto por parte del INTA como el SENASA”. Al encuentro asistieron unos 45 productores, “pero si tenemos en cuenta el padrón de productores algodoneros de la región son muchos más; el productor también tiene que hacerse un mea culpa”.
Mejor a tiempo
Cracogna sostuvo que el año pasado se dio una situación muy especial, ya que debido a las condiciones climáticas “se permitieron ciclos muy largos, dejando madurar las últimas flores, y eso llevó a terminar cosechando bien entrado el invierno”, situación que no está permitida en la ley de plagas del SENASA. Además de esta irregularidad “había productores que estaban esperando esa cosecha para poder pagar los gastos del cultivo; no se puede venir con un control de policía a eliminar todas las plantaciones”, indicó el profesional.
Remarcó luego que “desde los organismos públicos se sabía que esto podía pasar, el picudo no es una plaga nueva, hace 10 años que está; entonces, un productor que hoy diga que no sabía que existía la plaga es muy raro. Se sabía que existía la plaga y que iba a llegar, lo que falta es reconocer el daño y ver el insecto en el campo para hacer el control oportuno; si uno viene siguiendo el cultivo, la plaga entra desde los bordes, por lo que se permite hacer un control con productos químicos solamente en los bordes, lo cual es mucho más barato, menor dosis del producto y menor la superficie a tratar”.
Compromiso y difusión
Consultado sobre las estrategias a implementarse en el norte santafesino, Cracogna dijo que “están diseñadas, lo que hace falta es un poco más de compromiso por parte de los productores, de difusión por parte del INTA, SENASA y Ministerio de la Producción; y el algodón del año que viene habrá que empezarlo sobre un lote limpio, en ese momento colocar las trampas, que son efectivas cuando no hay algodón, ponerlas al inicio del cultivo, cuando se detectan los primeros picudos en trampa es el primer alerta”
“Luego revisar los lotes, los bordes sobre todo, si ya empieza a verse daños en el cultivo ahí es donde hay que hacer las aplicaciones e ir controlando; una vez que el cultivo floreció, la trampa ya es inefectiva, por lo que hay que seguir en el cultivo directamente con el control de plaga. Hay que hacer mucho hincapié ahora para que el productor aprenda a reconocer el daño y estar atentos a la campaña que viene; el algodón en nuestra zona ha tenido un buen impulso, un gran incremento de la superficie sembrada y no podemos dejar que un insecto nos tire por tierra todo ese gran esfuerzo que han hecho los productores en recuperar el cultivo”, terminó diciendo.