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Advierten sobre un menor uso de la tecnología de fertilización

Según estimaciones de Fertilizar Asociación Civil, el consumo de fertilizantes durante la campaña 2012-2013 fue de 3.180.000 de toneladas de fertilizante, traduciéndose en una caída aproximada del 15 % respecto de la campaña pasada. Estas cifras reflejan el menor uso de tecnología de fertilización y una menor reposición de nutrientes. Además desde la entidad, señalan que existe una gran incidencia de las secuencias soja sobre soja con niveles de escasa fertilización. Esta situación aumenta el impacto sobre la extracción y acentúa, a su vez, el empobrecimiento de la capacidad productiva del suelo.

En 2012, en un año donde lo climático tuvo un comportamiento cambiante y extremo en la mayoría de las zonas productivas, el menor uso de tecnología de fertilización mostró un marcado impacto en la producción agrícola a nivel agregado. "En muchas regiones hemos podido verificar que las dosis de fertilizante aplicadas fueron menores a las óptimas y por lo tanto limitaron la expresión de altos rendimientos en los cultivos de maíz y soja", comentó Pablo Pussetto, Presidente de Fertilizar.

Si analizamos la práctica de fertilización por cada cultivo, los cultivos extensivos explican cerca del 80% del consumo total de fertilizantes durante toda la campaña. Las gramíneas son los cultivos que más fertilizante utilizan en promedio y en los que la tecnología tiene mayor penetración. En el caso de cereales, el área fertilizada es superior al 80% del área sembrada. En cambio, en el caso de oleaginosas el área es del 77% para el girasol y tan sólo del 62% para la soja. A pesar de las bajas dosis utilizadas, la soja se ha convertido en uno de los cultivos que más fertilizante consume en nuestro país, igualando en volumen al maíz, a partir de la extensa área sembrada. "La gran incidencia de las secuencias soja sobre soja con estos niveles de escasa fertilización no permiten la adecuada reposición de nutrientes", señaló María Fernanda González Sanjuan, Gerente Ejecutiva de Fertilizar.

En este esquema es importante destacar que la rotación con gramíneas mejora el balance de carbono de los suelos y genera rastrojos estables que lo protegen. Además,  generan una alta introducción de nutrientes vía fertilizantes y son las responsables de equilibrar el balance de nutrientes de la rotación. Por eso, en la entidad señalan que, en la medida que los lotes se estabilizan en una agricultura continua, se debe pensar en reponer los nutrientes en un esquema de rotación de cultivos, más que en el cultivo en forma individual.

"Actualmente es indiscutible la estrecha relación que hay entre producción de granos y el consumo de fertilizantes a nivel nacional. Es clave que el productor tenga en cuenta, a partir de diagnósticos adecuados, los planteos en que se incorpora la tecnología de la fertilización y se logra alcanzar el potencial de rendimiento. Es importante evaluar si en los planteos donde la humedad fue favorable, los contenidos de nutrientes fueron los que pusieron el techo a los rendimientos y no le permitieron alcanzar los resultados", agregó Pussetto.

En este sentido, en Fertilizar afirman que la adecuada fertilización es un muy buen negocio para el productor y que la relación entre la inversión en fertilizantes y el valor adicional de la cosecha por la mejora de rendimiento del cultivo, genera una excelente tasa de retorno de la inversión en fertilización.

Además, recomiendan que el productor realice análisis de suelos, una herramienta de bajo costo, a los fines de tener un adecuado diagnóstico de su recurso capital y ser así más acertivo en la estrategia de fertilización, en la búsqueda de optimizar su rentabilidad.

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