Un trabajo de relevamiento realizado entre los años 2010 y 2011 por los investigadores de la EEA INTA Balcarce Hernán Sainz Rozas, Hernán E. Echeverría, Pablo Barbieri y Mercedes Eyherabide, concluye que los niveles de micronutrientes en suelos de la región pampeana han disminuído como consecuencia de la actividad agrícola.
Considerando un promedio de todas las zonas evaluadas, la reducción del cinc (Zn), boro (B) y cobre (Cu) de los suelos agrícolas respecto de los prístinos fue del 70, 31 y 4%, respectivamente. Las mayores caídas de Zn y B se observaron al norte de la provincia de Buenos Aires y el sur de Córdoba y de Santa Fe. Estos resultados sugieren que el cinc y en menor medida boro, podrían limitar el crecimiento de cultivos sensibles a sus deficiencias como maíz y soja. Por lo tanto, en planteos de alta producción es necesario incluir en el análisis de suelo la evaluación de la disponibilidad de Zn y de B, dado que si sus contenidos son bajos podría ser factible obtener respuestas económicas a la fertilización.
El mismo estudio también confirma que los valores de materia orgánica, pH y fósforo asimilable son comparativamente menores que los de la condición originaria. Además del balance negativo de micronutrientes, las caídas en los niveles de materia orgánica explicaron en gran medida la reducción de los niveles de Zn y B, lo que sugiere que para incrementar los niveles de dichos micronutrientes, además de su reposición por fertilizantes, sería necesario incrementar la materia orgánica a través de un mayor aporte de residuos.
La mayor acidificación se observó en los suelos del norte de la región pampeana, y esto se podría explicar por la mayor exportación de bases respecto de otras regiones agrícolas y por una mayor historia de aplicación de fertilizantes. Por otra parte, "se determinaron caídas importantes del P-Bray, particularmente en las zonas norte y oeste, en donde los suelos prístinos mostraron los valores más altos", se sostuvo.
La intensificación de la agricultura en Argentina y la falta de rotaciones con pasturas han producido una notable disminución de los niveles de materia orgánica y de nutrientes de los suelos de la región pampeana, los que en algunas zonas representan menos de la mitad de los niveles originales. El mismo proceso de intensificación llevo al productor a hacer un uso mucho mayor de los fertilizantes, al punto de triplicar en un lapso de 20 años el consumo en la mayor región productora de granos del país.
Este mayor uso de nitrogenados, fosfatados y azufrados, nutrientes vinculados al ciclo de la materia orgánica, achicó la brecha causada por la extracción por los cultivos y exportación de los granos. En tanto, la reposición es casi nula con los cationes y micronutrientes. Por lo tanto sería recomendable comenzar a monitorear el contenido de los mismos mediante el análisis de suelo, condición indispensable para un uso racional de los fertilizantes.
Hay técnicas de corrección de micronutrientes
Los micronutrientes (hierro, cinc, boro, manganeso, cobre. molibdeno, cobalto) cumplen funciones específicas en el desarrollo de los cultivos extensivos. Según describe Marcelo Palese, integrante del Comité Técnico de Fertilizar, las prácticas de nutrición y corrección son tan variadas como las potenciales fuentes de micronutrientes a aportar. Las vías de aporte pueden ser las siguientes: por semilla, por suelo, por fertilizante revestido, por vía foliar.