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Micronutrientes en la Región Pampeana

En Argentina la soja es el cultivo colonizador sobre nuevas áreas y se expande a una tasa anual de 8%, principalmente a expensas de áreas con pasturas y campos naturales, empujando la actividad ganadera a tierras más marginales.

La intensificación de la agricultura en Argentina y la falta de rotaciones con pasturas han producido una notable disminución de los niveles de MO y de nutrientes de los suelos de la región pampeana, los cuales, en algunas zonas, representan menos de la mitad de los niveles originales.

El mismo proceso de intensificación llevó al productor a hacer un uso mucho mayor de los fertilizantes, al punto de triplicar en un lapso de 20 años el consumo en la mayor región productora de granos del país. Este mayor uso de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y azufrados, nutrientes vinculados al ciclo de la materia orgánica, achicó la brecha causada por la extracción resultante de los cultivos y la exportación de los granos. En tanto, la reposición es casi nula con los cationes y micronutrientes.
 
Los micronutrientes como el boro (B), el cobre (Cu) y el zinc (Zn) son elementos esenciales para el crecimiento y reproducción vegetal. Su deficiencia repercute negativamente en la producción, tanto en el rendimiento como en la calidad. Principalmente el efecto limitante resulta en una menor eficiencia del resto de los factores de producción, como agua, nutrientes de los fertilizantes y potencial genético de las variedades e híbridos mejorados.

Tanto en las áreas nuevas como en las ya establecidas en producción agrícola, si bien el creciente uso de fertilizantes respalda y sustenta económicamente la producción, puede estar avanzando sobre suelos deficientes de Zn u otros micronutrientes, y/o agotar las reservas del suelo debido a la falta de uso de fertilizantes con los micros necesarios.

Varios relevamientos en el pasado indicaban áreas con deficiencias, o en sus umbrales, inclusive se confeccionaron mapas que delimitaban esas áreas y superpuestos con la extracción teórica, demarcaban áreas con mayores posibilidades de surgir limitantes a la producción y respuestas económicas a su aplicación.

Un proyecto llevado a cabo por prestigiosos profesionales del INTA en colaboración con sus colegas de la vasta red de estaciones experimentales y agencias realizó recientemente un relevamiento del estado de disponibilidad actual de los micronutrientes más importantes, los comparó con la situación original o prístina de las principales series de suelo relevadas, y asoció sus características con otras variables de suelo, que permitan inferir su dinámica y establecer pautas para su manejo.


Cómo se realizó el relevamiento

En años recientes (2010 -2011) se tomaron 250 muestras georreferenciadas de suelo (0-20 cm de profundidad) de lotes con más de 15 años de agricultura y de suelos bajo condición casi originaria o prístina (parques, zonas de clausura y alambrados), pertenecientes a la misma serie de suelos de algunos partidos del sur, oeste y norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
 
Las muestras se analizaron determinándose en el laboratorio los nive-les disponibles de Zinc, Cobre (DTPA - espectrofotometría de absorción atómica) y Boro (extracción con acetato de amonio 1 N a pH 4,8 - Colorimetría con azometina); además del pH, materia orgánica, P (Bray 1) y capacidad de intercambio catiónico.

Los resultados se agruparon por zona y se caracterizó estadísticamente las poblaciones, comparando la significancia de las diferencias entre los valores prístinos y agrícolas.

Se realizaron mapas de disponibilidad de cada micronutriente considerando tres clases de disponibilidad: Baja, media y Alta (Figuras 1, 2 y 3).


Cuáles fueron los resultados

El efecto de la actividad agrícola sobre los niveles de nutrientes y otras características de los suelos quedó una vez más demostrado con la disminución de los valores de los micronutrientes evaluados (Tabla 1).

Además se confirman por los datos de este relevamiento que los valores de pH, de materia orgánica y P asimilable también son comparativamente menores que los de la condición originaria. Hubo algunas diferencias entre zonas, cuando se evaluó la capacidad de intercambio, en efecto, en la región oeste e Buenos aires y E de la pampa, ni ésta ni el pH disminuyeron significativamente.

 

Tabla 1. Valores más frecuentes (mediana) de los valores de micronutrientes disponibles (B, Zn y Cu) en las tres zonas donde se realizó el relevamiento.


El porcentaje de reducción respecto de los suelos prístinos varió del 0 % al 77%, mostrando en las zonas norte y oeste las mayores disminuciones. Porcentualmente las reducciones más importantes se observan en el zinc, seguidos por el boro y luego por el cobre. Considerando un promedio de todas las zonas, los valores de Zn de los suelos agrícolas son casi un 70 % inferiores a los de la condición prístina, mientras que los de B son un 25 % menores y los de cobre un 7%

La actividad agrícola disminuyó el pH de los suelos en el norte y sur de la región. La mayor acidificación observada en esta zona podría ser explicada por la mayor exportación de bases respecto de otras regiones agrícolas y por una mayor historia de aplicación de fertilizantes. Por otra parte, se determinaron caídas importantes del P-Bray, particularmente en las zonas norte y oeste, en donde los suelos prístinos mostraron los valores más altos.

En suelos prístinos, los mayores contenidos de MO se determinaron al sur de la región y los más bajos al oeste, lo que se explica por la influencia del clima y la textura de los suelos sobre el balance de carbono. Sin embargo, en suelos bajo agricultura los niveles de MO en el oeste y norte de la región fueron similares.

Es claro que la distribución de frecuencias de estos valores indica que existen muchas zonas clasificables como deficientes y que no sólo limitarían la producción de cultivos con mayores requerimientos por su potencial de respuesta. Los umbrales de respuesta a los micronutrientes Zn y B, principalmente conocidos por numerosos trabajos en todo el mundo, permiten inferir que una gran parte de los suelos bajo agricultura podrían resultar en respuestas económicas a su agregado como fertilizantes.

Figura 1.  Zinc disponible (mg/kg) (DPTA) en suelos prístinos y agrícolas en algunas zonas de la región pampeana. Argentina.

 


Figura 2. Boro disponible (mg/kg) (acetato de NH4 1N) en suelos prístinos y agrícolas en algunas zonas de la región pampeana Argentina. Los puntos representan los sitios muestreados.

 

Figura 3. Cobre disponible (mg/kg) (DTPA) en suelos prístinos y agrícolas en algunas zonas de la región pampeana. Argentina.

 

Consideraciones Finales

Los resultados indican que los niveles de los tres micronutrientes en suelos bajo agricultura han disminuido notablemente en el área relevada de la región pampeana comprendida por la provincia de Buenos aires, el sur de Santa Fe y el noreste de La Pampa, encontrándose principalmente los valores de zinc cercanos a los umbrales de deficiencia.

Estos valores bajos explican las numerosas situaciones de respuestas observadas en ensayos de campo al zinc, en primer lugar, y al boro en segundo caso. Contrasta en este sentido la falta de información sobre ensayos de campo de respuesta al cobre, pero es coherente con la evidencia de mayor disponibilidad relativa de este micronutriente respecto del zinc y del boro.

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