Especialistas de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Balcarce del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) analizaron el estado actual de los cultivos de girasol en el sudeste de la provincia de Buenos Aires y la importancia de conservar el potencial productivo y la calidad manteniendo al mismo tiempo la sanidad.
Natali Lázzaro, de la Unidad Integrada Balcarce, expresó que en los últimos años las condiciones del cultivo, tanto de manejo como climáticas, favorecieron el creciente desarrollo de las enfermedades de fin de ciclo (EFC), las cuales se expresan cuando el cultivo se empieza a entregar y algunas mucho antes, como sucedió este año.
"Lo que más nos preocupa es la alternaria (mancha de la hoja producida por Alternaria helianthi ), que se manifestó por la gran humedad que se está registrando en esta campaña, y más adelante podemos ver mancha negra del tallo afectando bastante al cultivo", agregó la especialista.
La ingeniera Lázzaro también destacó que la podredumbre blanda del capítulo por Sclerotinia es una de las enfermedades más importantes del cultivo porque afecta el órgano directo de cosecha, el capítulo. "Este año -explicó la profesional del INTA- podríamos tener muchos síntomas, primero porque se registraron altos valores de humedad y abundantes lluvias en floración. Temperaturas templadas antes de floración y posteriormente altas son factores que favorecen el desarrollo de este patógeno."
MANEJO INTEGRADO
Respecto de los métodos para el control de esas enfermedades la especialista señaló que es fundamental partir de un manejo integrado: desde la selección del lote, rotación de los cultivos, sistema de siembra, elección del cultivar y posteriormente cuando las condiciones sean altamente predisponentes, como este año, recurrir a prácticas de control como la aplicación de fungicidas.
Añadió Lázzaro que es importante tener en cuenta la resistencia del comportamiento de los cultivares porque si bien no hay resistencia total, sino parcial a las enfermedades de fin de ciclo, hay cultivares que están caracterizados en cuanto a su comportamiento. "En nuestro grupo se realizaron estudios ajustando dosis y momentos de aplicación de fungicidas para el control de las mismas y hemos tenido muy buenos resultados con algunas aplicaciones tardías y a las dosis recomendadas. Siempre hay que monitorear el progreso de la enfermedad y decidir el momento oportuno de aplicación", detalló Lázzaro.
Finalmente la técnica sostuvo que en un año como el que estamos teniendo en cuanto a las condiciones climáticas, con respecto a la Mancha de la hoja por Alternaria aplicaciones tempranas pudieron reducir la enfermedad y proteger el área foliar que se ha visto afectada.