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¿Es cierto que hierba mala nunca muere?

 

La problématica de malezas resistentes a glifosato es creciente a nivel mundial. Ya alertados sobre esto, en Argentina, hasta el momento, persisten solo dos antecedentes de este tipo reconocidos: Sorgo de Alepo (Sorghum halenpense) y Echinochloa colona. Sin embargo, de no respetar las buenas prácticas en el manejo de herbicidas, habrá más de un dolor de cabeza, coinciden los especialistas.

 

Según un reciente informe de Juan Carlos Papa, especialista en malezas del Inta Oliveros (sudeste de Santa Fe), en la localidad de Bandera, provincia de Santiago del Estero, se detectaron dos especies que escaparon al control con glifosato, aún aplicando las dosis más altas que las habituales. Son “yuyo colorado” (Amaranthus quitensis) y “paja de zorro” (Digitaria insularis). Si se toma como referencia la resistencia de estas malezas detectada en Brasil y Paraguay, eso indicaría que los casos argentinos son también resistentes al glifosato, sostiene el trabajo.

 

El especialista hizo un breve reseña sobre las características morfológica de la especie, su bioecología y cómo manejarla.

 

En el caso de yuyo colorado, es una especie anual, de crecimiento estival y sensible a heladas. Florece y fructifica desde comienzos del verano y tiene la capacidad de hacerlo teniendo poco desarrollo. Se disemina en lotes de soja de toda la región pampeana y es capaz de producir pérdidas en el rendimiento con densidades muy bajas: con sólo una planta por metro cuadrado las pérdidas alcanzan el 13%.

 

Yuyo colorado ya tiene antecendentes de resistencia, pero a la familia de las imidazolinonas, sulfonilureas y triazolpirimidas.

 

El momento de aplicación del herbicida postemergente es crítico para la efectividad en el control de las malezas anuales, las cuales tienen la máxima susceptibilidad en estadíos tempranos de crecimiento. Entre los herbicidas para el control químico de la especie puede citarse al glifosato.

 

Por su parte, paja de zorro, también conocida como “plumerillo”, “barba de indios ” o “raba de zorra”, es una especie perenne que ha desarrollado estrategias de subsistencia, como la producción de órganos de reserva o la pérdida de hojas cuando la condición ambiental de crecimiento no es favorable.

 

Aunque el crecimiento inicial es lento, el desarrollo se acelera cuando llega a la floración y aumenta también el área foliar en esta etapa fenológica. Tiene alta producción de semillas, de fácil diseminación y germinación.

 

En nuestro país no se han detectado casos en los cuales la planta muestre mecanismos de resistencia al principio activo del glifosato; sin embargo, es cierto que la cantidad de producto necesario para eliminarla del lote es cada vez mayor, dice el informe.

 

Entre las recomendaciones prácticas que ayudan al control químico está la distribución pareja de los rastrojos y el inmediato control apenas emergen las plantas de esta especie. Es fundamental controlar la paja de zorro antes de la siembra de soja.

 

Cuando se planifica el control químico, no se debe dejar de lado el gran aporte que hace al sistema la rotación de cultivos, ya que ante la falta de un control efectivo puede causar un daño económico al productor, debido al alto poder de competencia que tiene esta maleza con la oleaginosa. En este sentido, hay buenos resultados con aplicaciones de glufosinato de amonio y en Brasil los hubo cuando al caldo de pulverización con glifosato se le agregó urea o sulfato de amonio, concluye el trabajo de Papa.

 

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