La campaña de maíz ya lleva unos meses desde el comienzo y pasado el riesgo de ataques de plagas de principio de ciclo, éstas se renuevan y aparecen los primeros insectos que dañan cuando el cultivo tiene un desarrollo vegetativo más avanzado.
Así, muchas localidades de la zona núcleo están en alerta ante los posibles ataques de barrenador del tallo (Diatraea saccharalis), en maizales susceptibles, según consigna un informe sanitario confeccionado por el departamento de zoología agrícola del INTA Pergamino. Aclara también el informe, elaborado por el especialista Nicolás Iannone, que la detección de los primeros adultos del barrenador se realizó sobre trampas de luz y por ello señala que el monitoreo de las posturas permitirá obtener la información precisa de cuáles son los lotes que están siendo atacados; además, a través del control se conoce la coloración de las posturas que es un parámetro que indica el momento del tratamiento para evitar daños.
Mediante este parámetro, explica el informe, la ventana de tiempo óptimo para realizar el control corresponde a los seis o siete días posteriores al registrarse las posturas de coloración amarillento-anaranjadas.
También en relación al tratamiento de control, el informe, que se apoya en estudios desarrollados por el INTA Pergamino, sostiene que la toma de decisión para la aplicación química contra el barrenador se deberá adoptar cuando se registre cerca de una oviposición cada diez plantas, o sea cuando el 8% al 10 % de plantas tengan una postura.
De acuerdo al momento del inicio de infestación, seguramente en los próximos días se podrán encontrar posturas vacías (larvas ya nacidas). Considerando esto, con el 10% a 20%, ésto indica que varias posturas han eclosionado hace menos de una semana, y por lo tanto las pequeñas larvitas de Diatraea estarán expuestas a la aplicación insecticida.
En el caso que las posturas vacías estén por encima del 20% significa que el lote de maíz o sorgo “está pasado” en cuanto al momento más adecuado para el control. Esta situación implica que algunas larvas nacidas ya se encuentran ubicadas entre la caña y la vaina que la abraza, a punto de ingresar a la caña.
Para estos casos extremos hay que recurrir a aplicaciones inmediatas así como también será fundamental adicionar un insecticida fosforado, como dimetoato o clorpirifós (a razón de 800 centímetros cúbicos por hectárea), detalla el informe, a fin de controlar las larvas protegidas y ubicadas entre la caña y la vaina de la hoja, fuera de la acción de contacto. En otro sentido, las enfermedades fúngicas también están haciendo de las suyas, aprovechando las condiciones ambientales favorables para su desarrollo.
Según un informe de Marcelo Carmona, fitopatólogo de la Fauba, en plantas de maíz ya se han encontrado lesiones esporuladas de tizón común de maíz en el inicio de floración (VT-R1), indicando una presencia temprana y anunciando posibles ataques importantes para este año Niño en híbridos susceptibles.
En su informe, el especialista aconseja aplicaciones de fungicidas a base de estrobilurinas más triazoles, en ocho hojas desplegadas o más frecuentemente a partir de VT-R1. Aclara que para hacer la aplicación el promedio de lesiones (consideradas lesiones las que tienen un diámetro a los 5 centímetros) por hoja debe ser de una, considerando todas las hojas si el cultivo tiene ocho hojas, o bien también hay que aplicar si la hoja de la espiga, y más y menos una hoja, presenta lesiones.
Como se trata de un hongo de difícil control, y considerando además al año Niño, el aumento de la dosis comercial que se usa para tratar la roya común (por ejemplo, hasta un 20%) puede ser una medida para mejorar la eficiencia del fungicida, especialmente en híbridos susceptibles y bajo ambiente favorable. El retraso en la aplicación, puede generar daños irreversibles que pueden repercutir directamente sobre el rendimiento del cultivo.
Para empezar el nuevo año con el pie derecho y estar tranquilo en el final de este, conviene empezar a mirar los lotes desde ahora.