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Advierten los riesgos de una menor fertilización

"Existe una idea en el imaginario de los productores de que el cultivo de soja puede alcanzar buenos rendimientos o económicamente positivos sin ser fertilizado adecuadamente o directamente sin fertilizantes", dijo Pablo Pussetto, presidente de Fertilizar Asociación Civil, respecto de las razones por las cuales no se está fertilizando adecuadamente, tal como lo indica el resultado de una encuesta realizada por la entidad.

Ante esa aseveración, inmediatamente Pussetto dijo que era relativa, "ya que en la actualidad una cada vez más importante porción de los suelos de la región pampeana tienen los niveles de fósforo por debajo de los umbrales de respuesta. Es decir que efectivamente la respuesta a la fertilización es importante, superando en algunas zonas el 25% en comparación con cultivos de soja sin agregado de fertilizantes".

Pussetto dijo que otra causa por la que el productor no fertiliza adecuadamente es porque utilizan dosis bajas.

Datos de una encuesta realizada por la entidad en alrededor de 800 productores de distintas escalas y regiones agrícolas de la Argentina indican que de los cultivos de verano el único que aumentaría su intención de siembra es la soja, superando los 19 millones de hectáreas para la presente campaña.

En cuanto a la fertilización, se estima que el área fertilizada alcanzará el 68% de la superficie sembrada, aunque aplicando las mismas dosis que el año pasado. Esto indicaría que no se estaría fertilizando correctamente, ya que las dosis actuales no cubren los requerimientos nutricionales de los cultivos en la mayoría de las zonas agrícolas del país ni la reposición de los nutrientes extraídos con la cosecha.

"Subestimar los requerimientos de los cultivos lógicamente traerá aparejada una merma en los rendimientos, además de generar un impacto negativo sobre el principal recurso productivo y patrimonio del productor: el suelo", agregó Pussetto.

Por otra parte, se estima que el volumen de fertilizante que se utilizará en soja en esta campaña será el 30% del volumen total consumido en la Argentina para todos los cultivos. Si consideramos que del área cultivada en el país el 53% está ocupada por soja y que este cultivo consume solamente el 30% del fertilizante aplicado a nivel nacional para todos los cultivos, evidencia la poca reposición de nutrientes que se realiza en soja y la consecuente degradación de los suelos que se produce desde el punto de vista nutricional.

Asimismo, estudios recientes realizados por Fertilizar INTA y la UNRC (Universidad Nacional de Río Cuarto) en nueve localidades de la región pampeana muestran que en los tratamientos fertilizados con dosis de reposición, los rendimientos son hasta un 25% superior respecto de los tratamientos que no fueron fertilizados y un 15% superior a los tratamientos con manejo tradicional. "Estos resultados estarían indicando que dosis de fertilización a reposición mejoran el rendimiento del cultivo", señaló Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar.


Relación favorable

En cuanto a la relación insumo/producto (kilogramos de soja necesarios para comprar un kilo de superfosfato simple), para esta campaña es muy favorable, siendo cercana a uno, por lo que está en niveles inferiores respecto de la campaña anterior y también del promedio de las últimas cuatro campañas.

"Si consideramos que los niveles de fósforo en la mayoría de los suelos de la región pampeana está en niveles inferiores al umbral de respuesta a la fertilización, podríamos pensar que con estas condiciones de precios podemos utilizar dosis de fertilizantes para fósforo y azufre tanto de reposición como de enriquecimiento para realizar correcciones de los niveles de estos nutrientes en los suelos y mejorar su calidad", destacó María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de la entidad.

Resultados de investigaciones de Fertilizar e INTA

El trabajo realizado por los ingenieros Gustavo Ferraris, Lucrecia Couretot y Juan Urrutia demuestra que la soja efectivamente responde a la fertilización cuando fósforo y azufre son limitantes en los suelos, que este incremento es creciente en el tiempo y que la respuesta no disminuye cuando se utilizan estrategias alternativas a la fertilización tradicional en banda a la siembra.

La estrategia de fertilización afecta el nivel residual de los nutrientes en el suelo. Esta premisa resulta interesante sobre la base de que la soja es una especie que si bien es capaz de mantener rendimientos elevados en condiciones de baja fertilidad tiene mayores requerimientos de nutrientes por tonelada de grano cosechado que los demás cultivos extensivos de la región pampeana.

El fósforo es el nutriente al que se le han observado respuestas de mayor magnitud en este cultivo. Para la región pampeana se determinó que la respuesta aumenta cuando la disponibilidad de fósforo en la capa superficial del suelo (0-20 centímetros) disminuye. Ensayos en el norte bonaerense permiten recomendar el agregado cuando su nivel en el suelo es de 12 a 16 ppm..

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