Las intensas lluvias registradas durante agosto generaron distintos grados de anegamiento en campos del sudeste y norte bonaerense. En algunas zonas, las estimaciones de pérdida de nitrógeno superan al 50% de lo aplicado a la siembra. En este contexto, especialistas del Balcarce –Buenos Aires– brindaron recomendaciones técnicas específicas para maximizar los rendimientos. La clave: re-fertilizar con nitrógeno para alcanzar cinco mil kilogramos de granos por hectárea.
El estado actual de los cultivos es ideal para recibir una nueva fertilización, señaló Hernán Echeverría, especialista en suelos de esa unidad del INTA, y agregó: “En general, los lotes con trigo están en plena etapa de macollaje –desarrollo de las hojas– período en el cual se incrementa el requerimiento de nitrógeno”.
Una aplicación de 80 a 140 kilogramos de urea –o su equivalente en UAN– alcanzaría para cubrir las necesidades nutricionales de los cultivos para llegar a rendimientos de 4.500 a 5.000 kilos, en las zonas más afectadas por las lluvias. En este sentido, Echeverría resaltó que “la posibilidad de nuevas lluvias no pone en peligro el desarrollo del cultivo, ya que el nitrógeno habría sido aplicado en un momento adecuado y crítico para el crecimiento del trigo y no se desaprovecharía”.
De acuerdo con Echeverría, la relación de precio del cereal con el del fertilizante es conveniente para el productor. “Hoy, se necesitan solo tres kilos de trigo por cada kilo de urea”, expresó el especialista del INTA, y destacó: “Sin dudas, esta relación de costos es muy favorable, puesto que la respuesta del cultivo le permitirá al productor duplicar la cantidad de dinero invertido en la fertilización”.
“Estamos a tiempo para volver a fertilizar y que el cultivo responda de manera óptima”, explicó Echeverría y aclaró: esto sería gracias a los buenos niveles de humedad que contiene el suelo”.