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Los micronutrientes también van al suelo

La campaña de granos gruesos viene con muy buenas expectativas en cuanto al clima y precios de los cultivos. Por este motivo, es una buena oportunidad para que los productores pongan toda la tecnología disponible para aumentar los rendimientos.

Así lo explicó Fernando García, director del IPNI Cono Sur, durante la jornada de Don Mario en la 15ª Jornada de Actualización Técnica en Soja.

En la misma línea destacó la importancia de los macronutrientes como nitrógeno, fósforo y azufre, pero  a su vez remarcó que los micronutrientes están tomando una gran envergadura por parte de los productores, sobre todo el boro en soja y el zinc en el maíz.
“Ante limitantes nutricionales de los tres nutrientes principales en nuestras zonas, enfatizamos la inoculación para la fijación de nitrógeno, la toma de decisión en la aplicación de fósforo y el análisis de ambiente para el caso del azufre”, indicó.

En particular para el fósforo, García señaló que este año hay mejores precios para el productor para que pueda invertir y reponer "algo" de lo que se viene sacando en los últimos años.

Luego, el director del IPNI Cono Sur destacó la importancia que vienen teniendo los micronutrientes.

En general, los trabajos con boro tienen mejoras del 5 al 10% en el rendimiento, pero no se puede  esperar las respuestas que teníamos con los macronutrientes.

“En realidad, las aplicaciones de boro en la soja tienen un rédito económico más que interesante, eso sí, ajustando cuando se puede agregar. Los lotes que van perdiendo materia orgánica son los que serían probables que tengan más respuestas con este micronutriente”, explicó.

Pero agregó que no hay una metodología de aplicación como es el caso del fósforo. 

“Es difícil sacarla, pero tenemos una idea donde bajo una parte por millón (ppm) de boro en el suelo hay mayor frecuencia  de respuestas, que es lo que se sacó en el girasol  en el oeste bonaerense, pero hay que seguir trabajando”.

Otro de los puntos importantes que abarcó fue la importancia de fertilizar los suelos independientemente del cultivo.

“Con el buen manejo de la nutrición de los cultivos anteriores, la soja gana en rendimiento apelando a los efectos residuales de fósforo y azufre pero también la construcción de suelo que hace un nitrógeno en el maíz que repercute mejor en una soja que le sigue”, señaló.

Fertilización en tiempos de lluvia. El presente en el país tiene a las precipitaciones como común denominador.

Es sabido que en zonas como oeste y sur de Buenos Aires, las inundaciones han cambiado el esquema productivo.

Ante este panorama,  García aclaró que el nitrógeno acumulado en el perfil en el oeste y sur de Buenos Aires se deben haber lavado.

En este sentido, a los cultivos de trigo y cebada habría que revisarlos y tomar una decisión.

En Balcarce en años anteriores se realizó un ensayo donde midieron que entre 150 y 200 mm se iba todo el nutriente y esta cantidad sólo llovió en una semana.

“Me parece que sería una buena idea que se vuelva a ajustar la fertilización nitrogenada ya que los perfiles están cargados. El fósforo ya está jugado, lo que no se puso, ahora es tarde”, dijo. Pero estimó que es muy difícil que los productores vuelvan a invertir.

Con respecto a la campaña maicera, García sostuvo que, por ejemplo, los productores del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires apuntan a 100 qq/ha por lo que los suelos deben estar provistos con 150 y 160 kilos de nitrógeno.

Pero García se preguntó por qué no ir a 120 qq/ha de maíz, lo que se va a necesitar agregar más nutriente en el perfil. “Va haber mucho lavado de nitrógeno, así que se va tener que ajustar la dosis", indicó.

Uno de los puntos es ver el momento de aplicación ya que será una primavera lluviosa.

"Sé que resulta difícil por la logística pero si fertilizamos temprano, exponemos al nitrógeno que se pierda por lavado. Hay que demorar lo que más se pueda esa aplicación, siempre hablando de maíces de seis hojas”, resaltó.

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