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La chicharrita del maíz se lleva todo los flashes, pero el carbón de la panoja también exige hacer foco

La situación sanitaria del maíz, en pleno cierre de la cosecha 2023/24 y de cara al inicio de la campaña 2024/25, no es sencilla.

A la crisis provocada por la chicharrita del maíz, el insecto vector del complejo de enfermedades que causan el “achaparramiento del maíz”, hay que sumar otro frente complicado que viene creciendo y que suma alertas: el carbón de la panoja.

Según Roberto “Tino” De Rossi, fitopatólogo de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), antes de que apareciera la crisis de la chicharrita, era la principal preocupación sanitaria que había en relación al cereal de verano.

“En noviembre, diciembre y los primeros días de enero, el carbón de la panoja nos había llevado todos los focos. Era la primera vez con tanta presencia en la zona núcleo. Después apareció la chicharrita y tapó todo”, señaló De Rossi.

 

CARBÓN DE LA PANOJA: OTRA ALERTA PARA EL MAÍZ

Cabe recordar que este problema sanitario reapareció hace cuatro campañas después de 80 años de que no se registraran casos de ataques de este hongo.

En febrero pasado, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) advirtió por la detección de este mal ya en cinco provincias, y en el último Congreso Maizar hubo un panel específicamente destinado a evaluar la situación.

De Rossi recordó al respecto que es una enfermedad que provoca fuertes daños: en maíces sembradas entre septiembre y octubre del año pasado, hubo perjuicios de entre el 30% y 40%.

Y sumó otro aspecto importante para prestar atención: a diferencia de la chicharrita, sobre la que se viene trabajando hace más de 40 años, pero el problema de este año es que nunca había habido semejante presión de la plaga; el carbón de la panoja no estuvo presente en Argentina hasta hace cuatro campañas, por lo que hay poca bibliografía y experiencia sobre cómo tratar la enfermedad.

Con respecto a la chicharrita, afirmó que todavía la incertidumbre es muy grande y que un aspecto positivo es cómo se está trabajando de manera multidisciplinaria e interinstitucional para encontrar soluciones.

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