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Gusano blanco: de amigo a enemigo cuando aumenta su población

Dentro de las plagas del suelo, existe una gran variedad de especies, pero la más preocupante por su cantidad y potencial de daño es el Diloboderus abderus, conocido comúnmente como "Bicho torito".

El sistema de siembra directa, el incremento del área de ocupación invernal a través de  cultivos de renta y de servicios y las siembras tempranas de cultivos estivales, son especialmente vulnerables a los daños causados por este insecto. 

El estado larval es el que genera el daño, alimentándose de semillas, raíces y plántulas,  causando marchitamiento, secado y reducción del stand de plántulas. Afectan especialmente a cultivos invernales (trigo, cebada y cultivos de servicios), así como a siembras tempranas de primavera (maíz, sorgo o girasol). Estos daños pueden además provocar manchones de suelo desnudo en los lotes, dejando espacio a las malezas invernales, lo que complica su control post-emergencia.

gusano blanco 1

Identificación para el correcto diagnóstico

Para el diagnóstico a campo existen algunos indicios  de la presencia de gusanos blancos. El más característico es la observación de montículos sobre la superficie del suelo, generados a partir del último estadio larval (L3). Es posible que en el otoño no se hayan observado, y que, por omisión y falta de monitoreo mediante excavaciones con pala, se esté pasando por alto la presencia de larvas en estadios iniciales (L1 o L2) en ese periodo que no generaron montículos.

Para diferenciar el comúnmente llamado "Bicho torito" de otras especies, se pueden considerar algunos aspectos de su morfología como el tamaño y coloración del cuerpo y la coloración y el tamaño de la cabeza. En primer lugar, el tamaño: el gusano de D. abderus es mayor en su tercer (último) estadio larval. En otoño, los primeros estadios suelen coincidir con las L3 de otras especies con un tamaño parecido. Otra clave es la coloración: el gusano de D. abderus es más translúcido, mientras que otras especies, con mayor acumulación de grasa en el cuerpo, presentan un color más amarillento. Además, la cabeza del gusano de D. abderus es del mismo tamaño que el cuerpo y es de color castaño rojizo, mientras que en otras especies la cabeza es más pequeña, angosta y de un color castaño más claro.

 

Condiciones predisponentes

La materia verde y una gran cantidad de rastrojos son fuentes de alimentación para esta plaga, que no solo consume las raíces de las plantas vivas, sino también biomasa sobre la superficie del suelo. La hembra tiene preferencia para oviponer en mayor cobertura, aumentando la posibilidad de un incremento poblacional en lotes con mucho rastrojo.

El contenido de humedad del suelo no solo es determinante para la población de la plaga, sino también para la presencia de sus enemigos naturales, principalmente hongos entomopatógenos y virus. A mayor humedad hay mayor mortalidad de gusanos blancos, lo que se evidencia en micro-depresiones o en los bajos de los lotes, siendo las poblaciones más abundantes en las partes altas, donde las oviposiciones se pueden incrementar año tras año.

Sin embargo, cuando las densidades poblacionales son bajas, esta plaga puede favorecer la salud del suelo, aumentando la porosidad a través de sus galerías, mejorando las propiedades físicas y también favoreciendo a la descomposición de residuos orgánicos. Ahora bien, cuando las condiciones se vuelven muy predisponentes y la población crece puede ser riesgosa para el cultivo.

Los sistemas de siembra directa son indiscutibles en sus beneficios, pero requieren una atención particular para mantener el equilibrio poblacional y manejar esta plaga. Es fundamental el monitoreo en pre-siembra, especialmente en suelos no perturbados, intensificados en su uso de ocupación, enmalezados, con mucha cobertura de rastrojo o lotes bajo o que salen de pasturas, donde la incidencia puede ser mayor.

Por todo esto es imprescindible que las poblaciones sean debidamente monitoreadas y diagnosticadas, y que los controles químicos sean exclusivamente en casos de necesidad.

 

Monitoreo, umbral y control

Estos insectos de suelo se ubican generalmente a una profundidad de 15 cm en el suelo, dependiendo en gran medida del contenido de humedad. Es importante un correcto monitoreo del lote mediante excavaciones de una superficie conocida. Esto consiste en hacer pozos de 50 cm x 50 cm (1/4 m2) y 30 cm de profundidad, distribuidos en el lote, calculando aproximadamente 10 pozos cada 30 hectáreas. Se considera que 5 a 6 larvas/m2 de Diloboderus abderus constituyen el nivel de daño económico (NDE).

Gusano blanco 3 (1)

La estrategia de control químico más eficiente es el tratamiento de semillas con insecticidas como tiodicarb, tiametoxam, teflutrina e imidacloprid. Los tratamientos en cobertura suelen ser muy erráticos, ya que requieren condiciones de precipitaciones posteriores a la aplicación, lo que no siempre ocurre.

Otra estrategia cultural, en cultivos invernales, es el retraso en las fechas de siembra, ya que las siembras tempranas exponen las plantas a mayor temperatura y actividad de la plaga. 

Esta información debe ser utilizada por los productores para realizar un manejo integrado y sostenible de los gusanos blancos, optimizando la salud de sus cultivos y reduciendo las pérdidas económicas.

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