Las lluvias de agosto y las proyecciones para los próximos meses entusiasmaron al productor para sembrar maíz. Sin embargo, hay que tener en cuenta a una nueva amenaza. En realidad, a una vieja enfermedad que reapareció, después de 70 años.
Durante el Congreso Internacional de Maíz, la fitopatóloga del INTA Paraná, Entre Ríos, Norma Formento, comentó que en la campaña pasada hubo enfermedades reemergentes que aparecieron "después de 70 años". Entre ellas, se encuentra el mildiu, que afecta principalmente al maíz tardío.
Esta enfermedad se identificó hace 80 años en Argentina, pero luego desapareció. La campaña 2022/23 tuvo las condiciones óptimas para que reaparezca.
En este sentido, Formento explicó que tienen mucho para investigar para conocer el rol de la semilla, de las plantas voluntarias, las malezas, entre otros puntos. “Queremos que los productores y asesores monitoreen los cultivos. Así vemos lo que ya conocemos y lo que se puede venir”, recomendó la especialista para la próxima campaña.
Mildiu, una amenaza que reaparece
El mildiu es una enfermedad que aparece desde la siembra hasta la tercera semana y este oomiceto puede penetrar. “De esta manera puede afectar de tal forma las plantas que no producen espigas directamente. La panoja se deforma, no genera polen y no hay espigas”, aclaró.
Formento comentó que hay distintos factores que generaron que resurja esta enfermedad. Entre los motivos se encuentran el intercambio global de semillas; el cambio climático, que influye sobre los patógenos y sobre las plantas.
También, explicó que las innovaciones productivas como la siembra tardía también forma parte de las condiciones para que reaparezca esta enfermedad. Sin embargo, apuntó que es un problema principalmente para la siembra tardía.
Un punto a destacar que manifestó Formento es que en los maíces tempranos no hay problemas sanitarios excluyentes o limitantes. “El único problema que deberíamos estar atendiendo es la roya común para aquellos híbridos muy susceptibles”, agregó.
La gran preocupación es en los estadíos tardío. “Es una enfermedad que pasó muchísimos años sin que las veamos en los cultivos y ahora están apareciendo, y en algunos casos con una violencia y un nivel de intensidad que llama la atención. Produce pérdidas altísimas”, aclaró.
Sobre cómo actuar ante esta enfermedad, Formento detalló que hay registros desde la década de los 60 en adelante, pero después el trabajo de investigación se discontinuó en Argentina cuando la enfermedad perdió relevancia a diferencia de otros países dónde todavía está presente.
“Tenemos la ventaja de que otros países la sufran. Nosotros podemos adelantarnos en el conocimiento e ir a los puntos críticos de estas enfermedades”, concluyó.