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Bioinsumos: “La adaptación de los agricultores parece ser lenta”

Así lo señaló la especialista Regina Birner, profesora de la Universidad de Hohenheim de Alemania, quien ofreció una charla vinculada al potencial de la bioeconomía aplicada al sector. Destacó que los biorecursos y la biotecnología “ofrecen oportunidades únicas para la agricultura”, y que es necesario acelerar los proceso de la bioeconomía consensuando políticas entre los gobiernos y el sector agrícola.

En la jornada “La bioeconomía como proveedora de soluciones para una agricultura sustentable”, organizada por el Diálogo Argentino Alemán sobre Innovaciones Agropecuarias Sustentables (DAAIAS) y el Diálogo Germano-Brasileño sobre Políticas Agrícolas, la Dra. Regina Birner, profesora de la Universidad de Hohenheim de Alemania, afirmó que los biorecursos y la biotecnología “ofrecen oportunidades únicas para la agricultura”.

Las personas, las sociedades y la política se enfrentan a una serie de crisis profundas a nivel local, nacional y mundial. Durante 30 años, las cifras absolutas y relativas del hambre habían disminuido de manera continua, pero en 2015 dejaron de caer y desde hace varios años las curvas han vuelto a aumentar. El cambio climático, acompañado de fenómenos meteorológicos extremos, amenaza a los medios de subsistencia de millones de personas, a lo que se suma la crisis energética mundial.

Sin embargo, los elevados precios de la energía y los cuellos de botella en las cadenas de suministro internacionales también se asocian a oportunidades para la aparición de nuevas formas de economía sustentables y arraigadas localmente, como la bioeconomía que tiene el potencial de apoyar el desarrollo de prácticas agrícolas ecológicas sustentables y regenerativas proporcionando bioinsumos adecuados para la agricultura ecológica, mejorar la sostenibilidad medioambiental y económica.

Al respecto, la Dra. Regina Birner, jefa de la Cátedra “Cambio Social e Institucional en el Desarrollo Agrícola”, de la Universidad de Hohenheim, Alemania, brindó una charla en la jornada realizada días atrás. Allí, la especialista expuso sobre los principales pilares de la bioeconomía: los biorecursos y la biotecnología.

La bioeconomía puede hacer a la agricultura más sustentable, pero esto no se da en forma automática, debemos realizar esfuerzos activos para aplicar los principios de la economía circular a fin de asegurarnos que siempre estemos evaluando y monitoreando los procesos y productos de la bioeconomía teniendo en cuenta diversos criterios tales como la competencia por el uso de la tierra, emisiones de GEI y biodiversidad”, aseguró la experta.

Hoy, la agricultura es responsable del 80% de la deforestación global, del 25% de la emisión de gases de efecto invernadero y usa el 70% del agua dulce del planeta”, detalló Birner. “No vemos una reducción en el uso de pesticidas en el mundo, pero sí una reducción significativa de la toxicidad de los productos”, indicó.

Aunque la bioeconomía promete ofrecer soluciones para una agricultura más sustentable, los bioinsumos se están utilizando hasta cierto punto, y las políticas exigen una mayor producción ecológica, la adaptación por parte de los agricultores parece ser lenta, la investigación y el desarrollo para la aplicación de productos fitosanitarios clave están en marcha, pero no plenamente desarrollados, y los sistemas reguladores están luchando para hacer frente a esta nueva categoría de productos. Parece existir una brecha entre las expectativas de lo que la bioeconomía puede y lo que es capaz de ofrecer en el campo de los bioinsumos.

La profesora valoró que haya un crecimiento en la producción y consumo de bioenergía, así como en el uso de bioinsumos. No obstante, subrayó que para implementar la bioeconomía como solución real y alcanzar la transformación debe haber compromiso y voluntad de los gobiernos y del sector agrícola. “Es necesario el diálogo y la participación; se necesitan abordajes a nivel regional y local, que tienen un enorme potencial para lograr la sostenibilidad”, afirmó.

Desde 2015 la cantidad de personas con hambre no baja. El mundo se está moviendo en la dirección equivocada. La agricultura tiene que cambiar para seguir dentro de los límites aceptables y sustentables”, concluyó Birner.

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