El INTA Marcos Juárez dio a conocer un nuevo informe de “alarma de plagas” en el que alerta por el riesgo de ataques de trips y pulgones a pasturas y cereales de invierno que han sido recientemente implantados.
En el caso de los trips, los investigadores Emilia Balbi y Fernando Flores, encargados de elaborar este reporte mensual, recordaron que hubo elevadas poblaciones durante la campaña gruesa, favorecidos por las condiciones ambientales que reinaron durante la primavera y verano.
El problema, según advirtieron, es que “aún quedan poblaciones residuales, y al estar pronosticado un aumento de temperatura para los últimos días de abril y los primeros de mayo, esta generación puede ocasionar daños en pasturas de reciente implantación de alfalfa, verdeos y consociaciones”.
En cuanto a los pulgones, se detectó específicamente pulgón del maíz (Rhopalosip- hum maidis) en malezas, que podrían “mudarse” y causar perjuicios en verdeos y cereales de invierno recientemente implantados, principalmente en avena y cebada.
GUSANOS BLANCOS
Por otro lado, el informe subraya la necesidad de estar atentos ante la presencia de altas poblaciones de gusanos blancos.
En este marco, menciona que los lotes con alta infestación se pueden detectar mediante la presencia de montículos de tierra que se forman por el movimiento de estas larvas hacia la superficie luego de una lluvia, aunque con suelo seco o luego de días ventosos, los montículos pueden no estar presentes al momento del monitoreo.
“Tener en cuenta que el complejo de gusanos blancos incluye más de una especie, siendo D. abderus, C. signaticollis y A. testaceipennis las de mayor abundancia. Es importante confirmar la presencia de la plaga mediante excavación antes de tomar una medida de control, ya que la larva de D. abderus tiene mayor relevancia económica”, añade el informe.
Y agrega que la infestación suele presentarse en forma de rodales o sectorizada, mientras que en lotes en los cuales se ha detectado una población inicial en campañas anteriores, la predisposición al ataque es mayor.
Por eso, se sugiere un umbral de control de cinco larvas por metro cuadrado, y la utilización de curasemillas para prevención de daño inicial en trigo, en aquellos lotes con detección de la plaga en poblaciones de consideración.