Las palabras huelgan cuando de fertilización nitrogenada en maíz se trata. Sin embargo, el contexto ambiental de la campaña agrícola, la fecha y densidad de siembra pueden exaltar o deprimir el efecto del nitrógeno sobre el rendimiento en grano.
Los resultados que se presentan a continuación surgen de sendos ensayos sobre fertilización nitrogenada en maíz conducidos en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias a lo largo de dos campañas agrícolas consecutivas, y por así decirlo, contrastantes.
Respecto a la campaña anterior (2020-2021), durante el 2021-2022 en el centro norte de la provincia de Córdoba las altas temperaturas y las escasas precipitaciones determinaron que el cultivo de maíz se las viese en figurillas para fijar granos.
En cuanto al manejo del cultivo, las prácticas a las que se recurrió fueron fechas de siembra, seis en la campaña 2020-2021 y cuatro en la campaña 2021-2022, tres densidades en ambas campañas (40, 60 y 80 mil plantas ha-1) y un tratamiento con nitrógeno, 100 kg N ha-1 (2020-2021) y 60 kg N ha-1 (2021-2022).
Tanto en la campaña 2020-2021 como en la 2021-2022, cada combinación de tratamientos (fecha y densidad de siembra, y fertilización con urea) contó con unidades experimentales compuestas por cuatro surcos de 5 m de longitud distanciados por 0.52 m, las que fueron distribuidas a campo según un diseño en parcelas divididas con dos repeticiones.
A partir de los dos surcos centrales se tomó una muestra de 2 m2 a la que le midió el rendimiento en grano (kg ha-1) al 0 % de humedad.
La eficiencia agronómica en cuanto el uso del nitrógeno (EA) se estimó dividiendo la diferencia entre lo fertilizado y no fertilizado por la cantidad de kg de N aplicado por hectárea. Se usó la prueba de Scott & Knott (Infostat) al momento de contrastar la significancia de la diferencia entre medias.
Campaña agrícola 2020-2021
En la tabla 1 se presenta un detalle de la respuesta del maíz a la fertilización nitrogenada según fecha y densidad de siembra. Los cuadros resaltados en rojo simbolizan diferencias significativas entre la media del material fertilizado versus el no fertilizado. En todos los casos a favor del material fertilizado. El efecto de la fertilización nitrogenada tendió a diluirse con el atraso en la fecha de siembra
Tabla 1. Respuesta de un cultivo de maíz a la fertilización nitrogenada según fecha y densidad de siembra. Campaña 2020-2021.
Por otra parte, la respuesta al nitrógeno fue mayor en las densidades de siembra más altas (60 y 80 mil plantas ha-1), correspondiéndose con los valores más altos de EA (Tabla 2).
Tabla 2. Eficiencia agronómica en cuanto al uso del nitrógeno (diferencia kg grano/kg N aplicado) según fecha y densidad de siembra. Campaña 2020-2021.
Campaña agrícola 2021-2022
En la tabla 3, y al igual que en la presentación de la tabla 1, se muestra un detalle de la respuesta del maíz a la fertilización nitrogenada según fecha y densidad de siembra. El efecto de la fertilización nitrogenada sobre el rendimiento en grano resultó significativo en tres de las cuatro fechas evaluadas para la densidad de siembra de 80 mil plantas por hectárea.
Tabla 3. Respuesta de un cultivo de maíz a la fertilización nitrogenada según fecha y densidad de siembra. Campaña 2021-2022.
En cuanto a la EA, los valores resultaron similares a los observados en la campaña 2021-2022 (Tabla 4).
Tabla 4. Eficiencia agronómica en cuanto al uso del nitrógeno (diferencia kg grano/kg N aplicado) según fecha y densidad de siembra. Campaña 2021-2022.
Conclusiones
El efecto de la fertilización nitrogenada en maíz resulto consistente a lo largo de las distintas fechas y densidades de siembra cuando las condiciones agro meteorológicas fueron favorables durante el desarrollo y crecimiento del cultivo. Por el contrario, en una campaña agrícola como la del 2021-2022, signada por las altas temperaturas y la falta de agua, la respuesta a la fertilización se hizo ostensible cuanto mayor fue el número de plantas por unidad de superficie.
Por Ricardo Héctor Maich / Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC).
