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Fertilizantes: por qué son imprescindibles para responder a la creciente demanda mundial de alimentos

En la cadena de producción agropecuaria los fertilizantes son un insumo clave. Sin ellos, hubiera sido imposible satisfacer la mayor demanda de alimentos a nivel mundial, derivada del crecimiento de la población y de la mejora del nivel de vida.

Así lo destacó esta semana un informe de Fertilizar Asociación Civil, con motivo de celebrarse, el miércoles pasado, el Día Mundial de los Fertilizantes.

“A nivel mundial, los fertilizantes explican más del 50% de la producción de alimentos. Es decir que, sin ellos, no generaríamos alimentos suficientes para la población actual”, recordó el informe. Hay un dato que explica este escenario: por la expansión de la población y el avance de las ciudades sobre la superficie dedicada a los cultivos cuando en 1960 con una hectárea se podía alimentar, en promedio a dos personas, en 2025, del uso de esa hectárea habrá que alimentar a un promedio de cinco personas.

Al respecto, María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar AC, explicó que “gracias a los avances en la tecnología de fertilizantes, los cultivos hoy reciben una nutrición más adecuada y eficiente, y pueden producir incluso en áreas con suelos de poca calidad”. Por ese motivo, afirmó, “los fertilizantes contribuyen a la sostenibilidad de la seguridad alimentaria y por ende a nuestro futuro”.

El informe recuerda que el 13 de octubre se recuerda el descubrimiento, hace más de un siglo, del proceso que permitió utilizar el nitrógeno presente en el aire para que se pueda fabricar amoníacto. Ese hecho, sentó las bases de la industria moderna de fertilizantes. Se conmemora por el patentamiento del proceso que realizaron los ingenieros Fritz Haber y Carl Bosch (Proceso Haber-Bosch.

“Desde entonces, los fertilizantes han evitado que miles de millones de personas sufran hambrunas y seguirán alimentando al mundo en las próximas décadas”, enfatizó.

El informe de Fertilizar explica que las plantas requieren “de tres elementos indispensables para crecer y desarrollarse, y por lo tanto para producir alimentos: agua, luz y nutrientes; al igual que los seres humanos, si no obtienen suficientes nutrientes, puede afectar su productividad y la calidad del alimento que producen”.

Recuerda que hay 17 nutrientes esenciales. ¿Cuáles son los más importantes? Nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, magnesio, boro, hierro y zinc.

“Estos nutrientes serán utilizados por la planta para producir el grano, el fruto, las hojas y todo aquello que en definitiva será nuestro alimento o el de los animales, o fibras o combustibles”, añadió González Sanjuan.

El informe señala que “los nutrientes en general se encuentran en la naturaleza, pero muchas veces en cantidades deficientes, o en formas que la planta no puede aprovechar, o simplemente no están presentes en el espacio que la planta puede explorar. Si estos nutrientes esenciales no se encuentran disponibles, la planta produciría menos alimentos y de menor calidad”.

Para asegurar que los nutrientes presentes en la naturaleza lleguen en tiempo y forma para que las plantas puedan absorberlos, el mejor vehículo desarrollado por la tecnología y el conocimiento científico son los fertilizantes.

Prácticas agrícolas

¿Cuál es el escenario en la Argentina? El informe señala que su uso se ha consolidado y se lo considera como una tecnología indispensable. Sin embargo, el trabajo de Fertilizar recuerda que que aún “su utilización no es suficiente”, ya que se extraen más nutrientes en las cosechas de los que se reponen con la fertilización. “Es decir, estamos consumiendo nutrientes del suelo que, al no reponerlos, generan su deterioro”, añade.

En la entidad destacan la importancia “de acompañar el uso de esta tecnología junto a la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) aplicando las 4 R de la nutrición de cultivos: fuente correcta, dosis correcta, en el momento apropiado, la forma y lugar de aplicación adecuados”.

La gerente de la entidad sostuvo: “a través de este manejo responsable podemos asegurar la sustentabilidad de la producción, pero también la preservación del ambiente productivo y del recurso suelo, pero por sobre todas las cosas, podemos contribuir a la seguridad alimentaria que tanto nos preocupa y nos ocupa a todos”.

Las BPA, además, incluyen la rotación de cultivos, el manejo integrado de plagas, el correcto uso de fitosanitarios y otras prácticas que hacen compatibles la producción con el cuidado del ambiente.

 

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