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Se aprobó la irradiación como tratamiento fitosanitario para el control de plagas en cultivos

Los tratamientos fitosanitarios son los distintos procesos que se aplican sobre los cultivos para evitar daños de plagas y su dispersión. En Argentina están permitidos distintos tipos de tratamientos fitosanitarios, muchos de ellos en desuso por el desequilibrio ecológico que provocan.

Recientemente el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ha incorporado en la legislación (RESOL-2021-152-APN-PRES#SENASA) a la radiación ionizante como uno de los métodos permitidos para el control de plagas en todo el territorio nacional.

“Esta nueva resolución permite que los productores que deseen utilizar este tratamiento puedan hacerlo y, de esta manera, se arma una cadena de beneficios que, en definitiva, nos favorece a todos: desde los usuarios finales, que son los que consumimos las frutas y verduras tratadas, hasta los productores y empresarios del sector frutihortícola. Gracias a esta incorporación los productos argentinos pueden acceder a los mercados más exigentes, incrementando las exportaciones”, asegura el bioquímico José Pachado, responsable de la Gerencia Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones de la CNEA.

Beneficios de la radiación ionizante

Las principales ventajas que presenta esta tecnología como tratamiento fitosanitario frente a otros métodos convencionales son:

  • No modifica las propiedades organolépticas (color, sabor, olor y textura) de los alimentos.
  • A diferencia de los tratamientos químicos, no deja residuos que son potencialmente tóxicos sobre los productos. Por ello, “sería una buena alternativa para dejar de aplicar el fumigante bromuro de metilo que daña la capa de ozono”.
  • La irradiación se realiza a temperatura ambiente, a diferencia de los tratamientos térmicos que cambian la temperatura del producto luego de su aplicación. Las modificaciones térmicas pueden provocar ablandamiento, maduración e incluso deterioro en la fruta.

A nivel industrial, la radiación ionizante también es beneficiosa ya que se aplica en un corto periodo de tiempo, a diferencia de los tratamientos en frío que pueden demandar unos 10 días aproximadamente. Además, el producto puede ser irradiado en su empaque definitivo y puede ser aplicado al final de la línea de producción, algo que no es posible en todos los otros tratamientos. Esto facilita la logística y la distribución de los productos en el mercado interno o durante la exportación.

Sin plagas ni riesgos fitosanitarios

Si bien el listado de plagas reglamentadas para la Argentina es amplio, las más preocupantes -y que están bajo control oficial- actualmente son:

  • Polilla de la vid: La Lobesia botrana es un lepidóptero que ataca principalmente el cultivo de la vid.
  • Moscas de la fruta: En nuestro país hay dos especies presentes: Ceratitis capitata y Anastrepha fraterculus.
  • Picudo algodonero: Es un coleóptero (Anthonomus grandis) que, como su nombre lo indica, daña el cultivo del algodón.

Un largo camino

En la CNEA muchos investigadores vienen trabajando desde hace más de una década para lograr que la irradiación sea incorporada como tratamiento fitosanitario para el control de plagas en todo el territorio argentino. De acuerdo con Pachado, “siempre se mantuvo una relación fluida con nuestra Organización Nacional de Protección Fitosanitaria (ONPF) SENASA. Primeramente se trabajó mucho sobre el Código Alimentario Argentino para lograr una extensión de los alimentos que podían ser irradiados, lo que finalmente se oficializó en 2017. Ese fue el puntapié inicial para lograr esta nueva aprobación. Desde ese entonces tuvimos reuniones frecuentes con SENASA y colaboramos asesorándolos sobre cualquier inquietud que ellos tuvieran sobre el uso de esta tecnología”.

“Es un orgullo para CNEA ser parte de algo que nos va a beneficiar a todos, no solo a nivel social sino también económico”, recalca el especialista. “Además, deja en evidencia nuestra experiencia en la temática y el rigor científico con el que trabajamos. Esto posiblemente nos permitiría crecer a nivel comercial, que los productos argentinos lleguen a mercados que nos eran inaccesibles y que son cada vez más exigentes, e incrementar nuestras exportaciones”.

Por otro lado, el gerente de Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones de la CNEA señala que, desde hace tiempo, “hay mucha demanda por parte de los productores para poder utilizar esta tecnología, pero no podían realizarlo ya que, hasta ahora, no había sido incorporada a la legislación. Por lo que es altamente probable que las irradiaciones se incrementen mucho”.

Próximos pasos

Actualmente la CNEA continúa trabajando con el SENASA para lograr la incorporación de la irradiación para tratamiento de productos cárnicos con el objetivo de disminuir las enfermedades de transmisión alimentaria (como el Síndrome Urémico Hemolítico) y seguir ampliando el Código Alimentario con nuevos productos que pueden ser irradiados, como -por ejemplo- alimentos mínimamente procesados y alimentos listos para el consumo.

 

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