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El INTA alertó por el Mal de Río Cuarto y destacó altos niveles de “chicharrita” en el sur de Córdoba

Investigadores de INTA Córdoba y La Pampa emitieron un alerta por el Mal de Río Cuarto. Las entidades señalaron que se esperan altos niveles de “chicharritas”, el vector responsable de la enfermedad.

Desde las estaciones experimentales buscan revalidar un modelo predictor de la evolución de la población de Delphacodes kuscheli, especie popularmente conocida como “chicharrita” y vector del virus responsable del Mal de Río Cuarto. Los técnicos señalaron que es una enfermedad del cultivo de maíz que en las campañas 1996/97 y 2006/07 generó epidemias de gran impacto económico en la zona núcleo del cultivo.

“Es endémica en el departamento Río Cuarto, de la provincia de Córdoba, y ocasiona importantes pérdidas productivas cuando el virus es transmitido en los primeros estadios de crecimiento”, señalaron los técnicos. Además, destacaron que esta situación ocurre habitualmente cuando las chicharritas migran desde avenas pastoreadas y en menor medida cereales de invierno y gramíneas silvestres, hacia el maíz que transita la etapa más susceptible a la infección.

“Las poblaciones de chicharritas se incrementan considerablemente cuando el invierno es ‘benigno’ y hay una baja ocurrencia de días con precipitaciones en los meses invernales”, explicaron los investigadores. En lo que respecta al modelo matemático predictor alimentado con las temperaturas mínimas, máximas y las precipitaciones ocurridas en el invierno de cada una de las localidades de la zona de estudio, pronostica la mayor cantidad de adultos alados (macrópteros) al día treinta de noviembre.

El pronóstico arrojó probables niveles de población del vector al 30 de noviembre según la zona: bajo para las localidades de Huinca Renancó, Chaján, General Pico y Anguil; moderado, para las zonas de Santa Rosa, Adelia María, Bulnes y Coronel Moldes; y alto, para la región de Río Cuarto

Recomendaciones para evitar una alta incidencia y severidad de la enfermedad

  • Evitar que los momentos de picos de población de vectores coincidan con los primeros cuarenta días iniciales del cultivo.
  • Uso de híbridos de reconocida y probada tolerancia a la enfermedad. Actualmente existe una amplia oferta de híbridos tolerantes en distintos semilleros.
  • Manejo adecuado del cultivo, evitando factores que resientan su normal desarrollo. Esto ayudará a que las pérdidas sean menores ante la misma presión de inóculo.
  • El estrés predispone al cultivo a mayores daños provocados por una mala nutrición, déficit hídrico, aplicaciones de herbicidas en las primeras etapas, competencia con malezas, compactaciones superficiales, encharcamiento temporario, daños por granizo o insectos, etc. Además, el estrés retrasa el normal desarrollo incrementando la ventana de tiempo en que la planta es más susceptible.
  • La aplicación de insecticidas sistémicos en la semilla para disminuir la presión de inóculo por menores picaduras del vector y mitigar en parte los daños, es una práctica usada en determinadas ocasiones donde no es posible diferir la fecha de siembra a momentos menos riesgosos. Los resultados no son óptimos cuando la población de vectores infectivos es alta.

 

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