El pelletizado o compactado es un proceso industrial que consiste en someter a ciertos minerales, previamente tratados y molidos, a muy altas presiones, convirtiéndolos en pequeñas partículas que permiten mejorar la superficie de contacto entre el fertilizante y el suelo, favoreciendo la rápida absorción por parte de las cultivos. Este procedimiento de pelletizado apunta únicamente a facilitar la aplicación en los cultivos, ya que de esta forma se puede usar para las máquinas fertilizadoras convencionales. Los pellets tienen un tamaño entre 2 y 4 mm, similar al de los fertilizantes sólidos que hay en el mercado. Además poseen una alta resistencia mecánica y no poseen aglutinantes químicos, por lo que permiten mantener el máximo de pureza.
En este sentido, el Yeso Agrícola Pelletizado (YAP) es el producto estrella que fabrica la empresa Recuperar SRL en su moderna planta de Colonia Caroya. Este yeso en polvo compactado al entrar en contacto con la humedad del suelo se desmorona fácilmente, y es de rápida reacción, ya sea como fertilizante azufrado o como corrector de suelos alcalinos sódicos.
Para conocer más en profundidad las cualidades de este novedodo producto, nuestro medio recogió el testimonio del Ing. Mauricio Lattanzi del Dpto. Técnico de la Coop. Agrop. Gral. Paz de M. Juárez Ltda.
Según un estudio realizado por la Asociación Civil Fertilizar, sólo el 30% de los productores de soja consideran que fertilizar el cultivo es indispensable o muy importante. ¿Por qué se torna tan necesaria la reposición de nutrientes, y qué papel puede jugar el YAP?
La importancia de fertilizar el cultivo de soja radica en lograr un balance de nutrientes, ya que la leguminosa tiene una alta extracción de fósforo y azufre del suelo. Esto hace que las fertilizaciones a veces no sean adecuadas, generando un balance negativo en el suelo. Por eso hacemos bastante hincapié en realizar fertilizaciones con fósforo y azufradas con yeso.
¿Cuánto tiempo hacen que desde la Cooperativa incorporaron el YAP producido por la firma Recuperar, y qué resultados obtuvieron a campo?
Hace prácticamente un año que estamos trabajando con el YAP, es un producto de muy buena calidad, con alta concentración de nutrientes. Además se disuelve perfectamente, con una lluvia de 10mm se incorpora rápidamente al suelo, y tiene residualidad quedan para otro cultivo de campaña posterior.
¿Hicieron alguna evaluación técnica utilizando diferentes cantidades de YAP por ha frente a un testigo?
Sí, las respuestas al azufre son bastantes importantes. En los suelos que no tenemos problemas de salinidad tenemos respuestas de 4 a 6 qq/ha -dependiendo de la historia del lote-, y en lo que es recuperación de suelos anomórficos hay excelentes resultados que llegan hasta los 10qq de diferencia para trigo, soja y maíz. En el último caso hacemos una “filtración de azufre dirijido” en diferentes zonas, y de acuerdo al nivel de sodio que tenga el suelo se aplica una cantidad de yeso determinada. Esa cantidad permite con lluvias superiores a 50 mm hacer un lavado del azufre junto con el sodio para mejorar la estructura del suelo.
Haciendo números finos, ¿le deja mayor rentabilidad al productor el uso eficiente de YAP?
Sí, tiene un alto costo-beneficio, no sólo por la fertilización y respuesta en azufre, sino lo que va quedando de residualidad de acuerdo a la dosis utilizada, que beneficia directamente al próximo cultivo a sembrar. En nuestra zona se tira al voleo durante marzo para ser aprovechado durante el cultivo de soja que se siembra en noviembre y el maíz que se implanta en septiembre.
¿En la aplicación mezclan el YAP con otros fertilizantes?
Sí, generalmente con algo de azufre simple, y si no con super triple.
Si bien en la zona lo hacen al voleo, ¿han probado con máquinas fertilizadoras tradicionales?
Sí, una gran parte se tira al voleo y otra parte va en línea de siembra, depende de la necesidad y disponibilidad de azufre en el lote.
Para finalizar, cabe destacar que el YAP se diferencia de otros minerales similares o fertilizantes tradicionales por la rápida absorción del suelo (disolución); su utilización en máquinas fertilizadoras tradicionales; la posibilidad de mezclado con otros fertilizantes; la recuperación de la estructura del suelo (corrector alcalino, atenuando los efectos producidos por elevados valores de PH del suelo); y por el uso como Fertilizante Doble Propósito (fertilizante y enmienda de suelos). El YAP está disponible en Bolsas de 40 Kg, laminadas y membretadas o Big Bag (Bolsones) de 1.000 Kg.