El Instituto Nacional de Semillas (INASE) emitió la resolución 108/2019 en la que ordenó "la inscripción en el Registro Nacional de Cultivares y en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares".
Expresada con lenguaje técnico, la novedad parece no tener mayor relevancia.
Esta semilla es la primera con capacidad genética para resistir a la enfermedad denominada "carbón" del maní, cuyos efectos en el cultivo son altamente nocivos.
Se trata de una noticia fundamental para el futuro de la producción manisera en Córdoba y en Argentina.
La expansión de esta enfermedad es una de las principales preocupaciones que tiene el sector y este aval oficial es el último paso que faltaba para que comience a comercializarse en el mercado y a extenderse por las casi 400 mil hectáreas que se siembran anualmente en el país.
"Es la primera variedad que aparece en el mundo resistente a carbón, una enfermedad que es casi exclusiva de la Argentina. Y es un maní alto oleico, como los que se siembran mayoritariamente aquí", indicó Juan Soave, titular del criadero El Carmen, el principal criadero de semillas de maní.
El proceso que derivó en la obtención de esta variedad comenzó en 2010, cuando el problema del "carbón" comenzó a potenciarse.
"Rápidamente pudimos encontrar resistencias genéticas que se podían transmitir por cruzamientos y logramos esta variedad, que ya se la hemos vendido a algunas empresas. Las primeras hectáreas comerciales se sembrarán este año, no serán muchas porque no tenemos tantas semillas, pero esto permitirá comenzar a multiplicarlas", mencionó Soave.
En este marco, expresó que ya tiene otras dos variedades resistentes al carbón que comenzará a multiplicar para lanzarlas en la campaña 2020/21.
El carbón del maní es causado por el hongo Thecaphora frezii. En Argentina se detectó por primera vez sobre maní cultivado en la campaña 1994/95.
Durante años fue considerado un problema local sin mayor importancia, pero en la actualidad se encuentra distribuido en toda el área manisera núcleo y es responsable de grandes pérdidas económicas; incluso en algunos casos la alta presión de esta enfermedad hace inviable el cultivo del maní.
Fuente: Agrovoz