El "broche de oro" tiene que ver con un problema que ya desde hace varios años amenaza a la cadena del maíz, tanto desde el punto de vista de alimentos como así también por el acceso a mercados.

Este problema son las micotoxinas, que desde el INTA estiman que afecta al 25% de los cultivos teniendo en cuenta los 3 principales géneros de hongos micotoxigénicos: Aspergillus, Fusarium y Penicillium.

PROYECTO DE CONTROL

"Estamos por lanzar un proyecto de control de micotoxinas en conjunto con Agroindustria", destacó durante el cierre de Maizar 2019 Lino Barañao, secretario de Ciencia de la Nación. Allí contó que la Secretaria comenzó a trabajar en el año 2004, luego de una reunión con el sector de alimentos. Allí se preguntó cuál era el problema y surgió el tema micotoxinas.

"Decidimos financiar una red y se avanzó con la compra de equipamento para detectar los niveles de micotoxinas en distintas condiciones. Pero sigue siendo un problema y es muy pertinente que encaremos juntos esta iniciativa", agregó el secretario. "El maíz juega un rol fundamental en la economía".

Alberto Morelli, presidente de Maizar, comentó al respecto: "Estamos muy contentos de la vinculación que podemos tener con Ciencia y Agroindustria sobre micotoxinas, es un desafío que tenemos por delante. Podemos hacer un muy buen trabajo y creo que es la parte virtuosa de la relaciòn publico privada que desde hace tantos años promovemos desde Maizar".

De la iniciativa también participan distintos organismos como el Conicet, el INTA y Universidades de todo el país.

Un relevamiento encabezado por el Ing. Agr. Facundo Ferraguti del INTA Oliveros destalla: "Una vez que el grano se contaminó con micotoxinas es muy difícil neutralizarlas o eliminarlas, ya que son muy termoestables (toleran +90°C), son resistentes a la aplicación de compuestos químicos y la inactivación física (secuestrantes) o biológica (enzimas) tiene aplicaciones prácticas reducidas".

El sector exportador destacó la importancia de este avance: "La demanda de los mercados es cada vez más grande desde el puntos de vista de inocuidad y desde el lado ambiental", destacó Gustavo Idígoras, de la cámara de exportadores y presidente del Congreso Maizar 2019.

"La capacidad de respuesta ya no pasa por el volumen de exportación sino también por la calidad diferenciada que podamos otorgarle al consumidor final. Las micotoxinas están en esa lista prioritaria", agregó.

En el comercio internacional trabajar sobre este tema va a permitir dos puntos fundamentales:

• Redurir las barreras no justificadas al comercio: "Vamos a tener ciencia propia para demostrar lo que es correcto y criticar lo incorrecto con herramientas técnicas sobre la mesa"
• Adaptar con procesos tecnológícos las distintas formas de producción para poder comercializar productos mucho más inocuos en los exigentes mercados internacionales

INICIATIVA ADICIONAL

Barañao también se refirió a otra iniciativa que tiene que ver con el estudio de las cadenas de valor derivadas de la biodiversidad. La idea es generar oportunidades de negocios que permitan exportar, traer inversiones y sobre todo generar empleo de calidad: "Apuntamos al mercado de consumo responsable, que esta conformado por un consumidor que quiere un producto de mayor calidad".

Estos nuevos consumidores se basan en tres pilares:

• Sustentabilidad ambiental
• Comercio justo
• Listoría detrás del producto

"Buscamos establecer sociedades para nuevos cultivos fomentando las cadenas de valor. El udeste asiático sigue creciendo y debemos pensar en una integración regional para abastecer esa demanda", concluyó Barañao.