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Fertilización en maíces tempranos, tardíos y de segunda ¿es todo igual?

El evento se desarrolló bajo el lema "Conocer más. Crecer mejor", ante un auditorio más de 2.000 personas entre asistentes presenciales y vía transmisión on line.

Como primera medida, Espósito explicó que contra lo que muchos productores creen la elección del tipo de ciclo depende de la previsión meteorológica. El maíz temprano es más rendidor en años con primaveras húmedas mientras que en situaciones de primaveras adversas es conveniente volcarse a los ciclos tardíos. 

La clave está en no adoptar una receta única sino en tomar decisiones en función de la información disponible. El maíz tardío es una buena opción en situaciones de déficit hídrico primaveral, aunque el techo de rendimiento es más bajo que en siembras tempranas.

Pero contra la creencia de muchos, Espósito explicó que “es mentira que al maíz tardío haya que fertilizarlo menos”, siempre depende del suelo. Tampoco es cierto que se fertilice solo cuando llueve.  

En maíz, sin importar el ciclo, la respuesta a la fertilización existe siempre cuando el lote se encuentra por debajo de los umbrales. En cuanto al azufre, es un nutriente que siempre tiene respuesta y que a la vez interacciona con el nitrógeno y potencia la respuesta a este último nutriente.

Por otro lado, ya no es posible dejar afuera al zinc de la estrategia de fertilización del maíz, en manejos con nutrición balanceada que incluye zinc se registra hasta un 27% de aumento de rendimiento. En cuanto al cultivo antecesor, cuando el maíz se siembra sobre soja el piso de rendimiento es mayor. 

Como resumen se puede decir que la fecha de siembra no cambia el manejo nutricional del cultivo, sino que lo que si puede impactar es el agua disponible y la potencialidad del hibrido seleccionado.

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