Según Marcelo Carmona, especialista en fitopatología de la Facultad de Agronomía de la UBA, "las lluvias son la clave para entender el crecimiento de esta enfermedad, principalmente las de 7 mm o más".
En opinión de Carmona, necesita de la energía cinética de las gotas de lluvia para remover físicamente el inóculo (fructificaciones hidrofílicas) a través del canopeo. Esto lo hace llevándolo desde los tejidos enfermos o rastrojos infestados hacia los tejidos sano.
Mancha marrón es "una de las clásicas dentro de las enfermedades de fin de ciclo (EFC)".
Relevamiento
"Es la única del grupo que puede comenzarse a visualizar claramente desde los estados vegetativos", indicó.
De acuerdo con el fitopatólogo, en relevamientos efectuados desde 2003 hasta la actualidad se pudo concluir que la mancha marrón estuvo presente en el 100% de los lotes involucrados, con un rango de severidad de 17 a 46% y siendo la enfermedad más frecuente dentro de las EFC de los cultivos de soja en la Argentina.
En el informe técnico realizado por Aapresid se destaca que las EFC provocan un anticipo en la maduración de las plantas de soja y disminuciones en el rendimiento y/o calidad de la semilla producida.