La recomendación frente a este problema es atrasar la siembra y en los lotes más tempranos (de segunda época de siembra) aplicar insecticidas con alguna residualidad (piretroides microencapsulados, imidacloprid, etc.) después de la emergencia, para complementar a los curasemillas.
El ingeniero Gabriel Espósito de la Cátedra de Cereales de la Universidad Nacional de Río Cuarto a través de un mensaje de WhatsApp avisó que los ingenieros Beatriz Goytia y Darío Moyano, de la zona de Vicuña Mackenna determinaron que se han sobrepasado los umbrales de alarma del vector del Mal de Río Cuarto, en niveles muy altos.
“Esto pone en sobreaviso a los productores y profesionales del sector y a quienes trabajen en el cultivo del maíz para hacer los controles químicos con algún piretroide microencapsulado –siempre consultando a algún ingeniero- para que en una o dos aplicaciones se pueda mantener la población en niveles bajos, sobre todo en aquellos lotes que se siembran cerca de trigo, o verdeos de invierno, como avenas o centenos, o cultivos de servicios o pasturas, como alfalfa, porque puede haber un riesgo importante de daño por Mal de Río Cuarto, en el sur y suroeste de Córdoba, en la zona de Vicuña Mackenna, Coronel Moldes, Sampacho y Chaján, que es donde se hicieron los relevamientos, aunque no se debe descartar que suceda lo mismo en otras zonas”.
Espósito añadió que “no podemos saber que pasa en otras regiones porque no se hacen estos relevamientos, y creo que es un llamado de atención a todo el sector productivo que ha abandonado a esta enfermedad”. Puntualizó que la Universidad de Río Cuarto ha desarrollado durante muchos años un modelo de predicción, de la mano de los ingenieros Lenardón, March y Cornaghi, y todo el grupo de Terapéutica Vegetal de la UNRC, y “realmente no utilizar esta información es un verdadero desperdicio y un gran riesgo para la producción de maíz por el impacto de esta enfermedad, por ende invito a hacer los controles y monitoreos necesarios para no sorprendernos después”.