Por Marco Prenna, presidente de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA).

El año 2018, se viene presentando muy particular en cuanto a los factores que definirán el uso fertilizantes por parte de los productores agropecuarios.

Por una parte, la sequía que afectó fuertemente vastas regiones de nuestro país durante buena parte del ciclo de los cultivos estivales, fue sucedida por fuertes excesos de precipitaciones durante los últimos 60 días, lo cual complicó y complica la recolección de la producción. Esto va a afectar claramente el bolsillo del productor, a lo cual se suma la turbulencia financiera que se vivió en nuestro país en los últimos días, que tiene un efecto inmediato en lo que refiere a las posibilidades y condiciones de financiamiento para la próxima campaña.

Pero no todas son malas noticias para el productor. Los valores futuros (MATBA) en dólares por tonelada para la cosecha de las principales especies, cotizan hoy en torno a un 19%, 14% y 21% que a igual momento del año pasado para trigo, maíz y soja respectivamente. Esto, combinado con los precios de los fertilizantes, arroja una relación insumo - producto excepcionalmente baja para los mencionados cultivos.

Además, las precipitaciones de las últimas semanas han dejado un área muy grande de los suelos pampeanos con muy buena reserva de agua, lo cual entusiasma al productor ya sea para encarar una siembra mayor de cultivos de invierno (como trigo y cebada), como también para planificar los barbechos para una campaña de gruesa (como maíz, soja, girasol) también promisoria.

Marco Prenna, presidente de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA).

De la combinación de todos estos factores, más la capacidad de toma de decisiones de los productores y técnicos, surgirá un mix de cultivos y uso de tecnologías, y por ende un nivel de reposición de nutrientes difícil de predecir, pero que estimamos debería volver a mostrar un crecimiento moderado frente al año anterior de entre el 5 al 8%, para seguir acercándonos o quizás alcanzar las 4 millones de toneladas de fertilizantes.

Con esta actualidad, son varios los desafíos que enfrenta la industria en el 2018.En primer lugar, en relación a la producción de Fertilizantes, nuestro país tiene la ventaja de contar con una importante capacidad instalada que permitió la fabricación del 43% de los fertilizantes que se consumieron en el 2017. Durante dicho año se alcanzaron récord de producción de urea granulada y superfosfato simple, por ejemplo. El desafío es sostener esos niveles productivos de manera competitiva, incluyendo además otras fuentes de fertilizantes arrancadores, líquidos y foliares.

En referencia a las importaciones, contar con una amplia diversidad de orígenes de los productos importados, y una buena información al agricultor respecto de las correspondientes calidades, son otros de los aspectos que nos desafía y que permitirá al productor argentino contar con los nutrientes que necesita en tiempo y forma.

Asimismo, en tiempos de modernización y mejoras de procesos en el estado, es necesario acelerar las acciones tendientes a simplificar y hacer más eficiente la importación y manejo de distintas fuentes de nutrientes, como por ejemplo aquellas que cuentan en su composición con nitrato de amonio y que hoy son reguladas por ANMAC (Agencia Nacional de Materiales Controlados).

En lo que refiere a puertos, la mejora de infraestructura, costos y seguridad son temas que requiere un análisis de mayor plazo, pero en los que ya se han dado algunos pasos, por ejemplo en puerto Quequén. Es muy necesario que esto se sostenga durante este año para mejorar la competitividad y eficiencia de las distintas terminales portuarias.

Continuando con los desafíos, en materia de transporte, el cumplimiento de la ley, y la libre contratación del mismo, es un eslabón clave a mejorar si queremos como país mejorar la eficiencia logística de la distribución de fertilizantes.

En paralelo, el creciente consumo y reposición de nutrientes, hace necesario que toda la red de distribución haga un análisis profundo de las necesidades de inversión y mejoras en instalaciones para almacenamiento, mezclado, despacho, distribución y aplicación a campo de fertilizantes.

En este sentdido, el mercado argentino sufre de una muy fuerte concentración en la demanda que hace muy difícil poder contar con las capacidades necesarias para esos picos. Hoy hay buena cantidad de ensayos que demuestran los beneficios agronómicos y logísticos de la fertilización anticipada, como en barbecho de soja con fertilizantes fosfatados.

Por último, creemos que un gran desafío para nuestra industria, es seguir apostando y aunando esfuerzos junto a productores agropecuarios, sus entidades y organizaciones, para la generación de una cultura de Buenas Prácticas Agropecuarias en toda la cadena.

Particularmente, en lo que hace a la reposición de nutrientes y cuidado de nuestros suelos, es necesario dar pasos firmes desde el estado nacional y los provinciales en la generación de políticas de incentivos en este aspecto.