El consumo de fertilizantes para la campaña fina, contabilizando al trigo y a la cebada, sería récord con casi 1,5 millones de toneladas de las 3,8 millones de toneladas que se comercializan al año en el país, según adelantó a Clarín Rural Jorge Bassi, vice presidente de Fertilizar Asociación CIvil, una organización que busca concientizar sobre la importancia del uso racional del fertilizante.
"De todas maneras, para alcanzar un consumo adecuado de fertilizantes todavía falta. Un escalón realizable de mejora (no el ideal) sería sumar otras 600.000 toneladas ajustando azufre, fósforo, pero sobre todo, el nitrógeno", proyectó Bassi durante una presentación en las instalaciones de Fertilizar esta mañana destinada a mejorar el manejo en el cultivo de trigo.
Así, hablando exclusivamente de este cereal, el directivo, quien también se desarrolla como gerente Comercial de Fertilizantes en Bunge, hizo una comparación con los dos principales fertilizantes que se utilizan para el trigo. El productor paga un kilo de urea (nitrógeno) con 2,3 kilos de trigo mientras que durante el ciclo previo la relación era de 2,48.
En cuanto al MAP (fosfato monoamónico), con 2,95 kilos de trigo se paga uno del fertilizante. En cambio, durante la campaña anterior, era de 3,05.
Durante el año pasado se comercializaron 3,8 millones de toneladas de fertilizantes.
Este repunte que se espera para la siembra de trigo tiene que ver con dos cuestiones que incentivan aún más los productores: las últimas lluvias que se dieron en varias zonas clave que mejoran el perfil de humedad de los suelos lo que implicaría que la superficie del cereal llegaría a las 5,9 millones de hectáreas y se expandería 3,5% en relación al año previo, según los resultados preliminares de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (aunque la entidad advierte que, de darse una situación en la que la evolución climática no acompañe, el área a implantarse caería a 5,4 millones de hectáreas). Y el otro factor determinante es el incremento en el precio del cultivo alcanzando los U$S 246 por tonelada.en la posición Julio 2018 en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba).
Continuando con la presentación, el directivo de Fertilizar hizo mención a que las dosis de fertilizantes por hectárea se habían achicado desde el 2011 (intervención del mercado) hasta el 2016, un año de inflexión para el agro tras la quita de los ROEs y de los derechos de exportación al cereal. Así, durante la campaña pasada se volvió a alcanzar los niveles de 2011, de 200 kilos de fertilizantes por hectárea.
"En estos tiempos se debería fertilizar más ahora en aquellos años porque hubo un deterioro de suelos en este tiempo lo que trajo consigo una caída de materia orgánica (M.O) por falta de rotación y de nutrientes disponibles por subfertilización. Además, hay nueva genética de mayor potencial de rendimiento y el contenido de proteína se ajusta antes que el rinde".
Jorge Bassi, vice presidente de Fertilizar Asociación Civil, señaló que la relación fertilizante/precio del grano de trigo es muy favorable.
Por otro lado, durante la jornada también se hizo hincapié en la necesidad de mejorar en la calidad del trigo, para obtener un plus a la hora de comercializar la producción.
Para esto, explicó Bassi, es fundamental aumentar las dosis nitrogenadas y para demostrarlo, mostró varios ensayos en diferentes zonas para corroborar cómo se comportó el rinde y los niveles de proteína.
Para ejemplificar, Bassi mostró varios ensayos. Uno fue realizado por el INTA Barrow en el sudeste bonaerense, zona típica del trigo, en la cual sembraron grupos de calidad I, II y III y lo probaron con nitrógeno del suelo, con 120 kilos, con 160 kilos y finalmente, con 200 kilos y otra categoría con la misma cantidad pero agregando 30 kilos de foliar. En esta última instancia, el grupo Ilogró 6.157 kilos por hectárea con 12,4% de proteína; el Grupo II, 6.538 kilos con 11,3% y el Grupo III, 7.367 kilos con 10,7%.
Mientras que con 160 kilos de nitrógeno (promedio de los productores) los valores fueron por debajo. En el grupo I se obtuvieron 5.973 kilos por hectárea con un valor de proteína de 10,8%; en el Grupo II se llegó a 6.216 kilos con 10,1% de proteína y en el Grupo III, fue de 7.384 kilos con 9.5% de proteína.
En paralelo, Bassi mostró ensayos de la región núcleo norte con las variedades nuevas de trigo donde se constató que los productores de punta ajustan a 150 kilos de nitrógeno entre lo que toma del suelo, que varía entre 40 y 60 kilos, y lo que aporta cada chacarero, que se aproximan a 110 kilos de nitrógeno.
"Estos productores de punta por lo menos les falta aplicar 50 kilos de nitrógeno más para estar con muy buenos rindes y niveles de proteína aceptables. Ese salto de nitrógeno, a nosotros nos da muy buenos resultados", resumió.