Los insultos que recibió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hace un par de semanas de parte de productores durante la principal feria agropecuaria del país galo debido a las negociaciones con el Mercosur causaron efecto. Con una mirada realista, el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, explicó ante periodistas argentinos que persisten "sensibilidades" para atender en las discusiones con el bloque sudamericano. Sin mayores precisiones, el francés afirmó que "es la agricultura" el tema por resolver, aunque trató de matizar declaraciones que había hecho la jornada anterior en las que aseguró que el acuerdo " bloqueado", como anticipó ayer este diario. Ahora dijo que "es posible" cerrarla discusión en los plazos que supone la Argentina "si se resuelven las sensibilidades". Es decir que de algún modo condicionó las aspiraciones de Argentina a que se atiendan las demandas de su país, que es el que más objeciones plantea en todos los foros internacionales sobre liberación de los mercados agropecuarios.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en tanto, sostuvo que "vemos con mucho optimismo" la posibilidad del entendimiento final al recordar que la próxima rueda de deliberaciones será en abril.
Anteriormente, en una conferencia de prensa con los medios que cubrieron la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), La Maire había dicho que "es preferible tomar más tiempo para lograr un buen acuerdo" y estimó que "negociando un poco más" será posible convencer de que el tratado "no es en interés de u nos cuantos países sino de todos". "Creemos en un libre comercio basado en una total reciprocidad, locual significaque las reglas aplicables en Francia o en Europa, deben serloen Argen- tinao Brasil".
A pesar de ello, la mejor noticia que le dejó Le Maire a Dujovne es asegurar el apoyo de su país "al ingreso de Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo antes posible". No sin antes recordar que "hay una serie de condiciones que tienen que cumplir sus miembros".
La mirada dura de Francia, en tanto, contrastó con la del ministro de Economía de España, Román Escolano. "Creo que las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur siguen avanzando", indicó. Reconoció que existen "varios temas" en los que hay des- acuerdo, pero destacó que "los puntos positivos son claramente más numerosos que los puntos todavía pendientes de resolución".
Por su lado, el ministro de Finanzas de Brasil, Henrique Meirelles, aprovechó el escenario que brinda la decisión de Estados Unidos de cerrar sus mercados de acero y aluminio para alentar al acuerdo Mercosur-Unión Europea.
El funcionario dijo que el problema en la negociación del acuerdo comercial -que ambas partes preveían cerrar a fin del año pasado- es que los agricultores franceses están más preocupados por la com petencia en el sector del etanol que en el de la carne.
El Mercosur y la UE negocian hace 20 años un tratado de libre comercio birregional, con el principal obstáculo que implican los mercados agropecuarios. Los sudamericanos procuran un plazo de una década pa ra ir bajando aranceles en el sector industrial, mientras que los europeos ofrecen cuotas para los productos del campo. En el caso de la carne, unas 100.000 toneladas anuales en tres cuotas,y unas 600.000 toneladas de etanol.
Carlos Lamiral