La 4° Mesa Triguera Nacional, organizada por la Sociedad Rural de Leones en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo, convocó este ultimo jueves 8 a entidades de productores, acopiadores, bolsas de cereales, cámaras arbitrales e industriales molineros.
El resultado de la reunión, que fue habilitado por el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y luego fue seguido por el subsecretario de Agricultura, Luis Urriza, fue un extenso petitorio de 19 puntos para elevar a las autoridades.
En la reunión se planteó la necesidad de promover leyes y normas que apuntalen la calidad del trigo argentino, promueven la sustentabilidad del ciclo agrícola y garanticen la transparencia de los mercados. En resumen, se elaboró una suerte de agenda para el trigo luego de la recuperación de los volúmenes de producción del cereal.
En ese sentido, Etchevehere destacó que “venimos con dos campañas de trigo donde el área de siembra marcó un récord de crecimiento en comparación con los 10 ciclos anteriores, en el que las exportaciones de trigo y harina fueron las más importantes desde 2012 y la molienda fue la mayor de los últimos cinco años”.
En las dos últimas campañas, luego de la eliminación de retenciones y permisos de exportación (ROE), en efecto la cosecha de trigo alcanzó altos volúmenes de más de 18 millones de toneladas anuales. Pero la calidad del cereal no siempre ha sido la más satisfactoria para acceder a los mercados externos que pueden llegar a absorber los crecientes saldos exportables.
En ese sentido, una de las propuestas de la reunión fue impulsar finalmente una Ley de Fertilizantes que permita a los productores reponer los nutrientes de los suelos.
El sector propone que se aplique una desgravación adicional en el Impuesto a las Ganancias.
El economista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Agustín Tejeda, anticipó los resultados de un estudio que muestra que la medida tendría un efecto fiscal neutro, a la vez que generaría US$ 1.000 millones de valor agregado para las cuatro principales cadenas agrícolas.
La cadena triguera, que se había comprometido trabajar esos temas en la Mesa de Competitividad del Trigo que sesionó por primera vez en enero, también se manifestó a favor de una nueva Ley de Semillas que favorezca la introducción de nuevo germoplasma para ese cultivo.
Varios productores hablaron del “retraso” local en la oferta de nuevas tecnologías.
Pedro Vigneau, titular de la Asociación Argentina de Siembra Directa (Aapresid),expresó que una Ley de Semillas es absolutamente necesaria. Las nuevas formas de mejoramiento ya son un hecho y no podemos estar esperando, tenemos que anticiparnos. Para nosotros el trigo es un engranaje fundamental en el sistema productivo”.
Las entidades rurales, a través de representantes de Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), pidieron a su turno que que se establezca algún tipo de nomenclador de calidades de trigo para que el mercado pueda determinar premios y castigos en el precio pagado al productor y así estimular un mayor contenido de proteína y características industriales del cereal.
En la misma línea, la Mesa Triguera planteó reparos ante la decisión de la empresa Cargill, principal exportadora de ese grano, de dejar de enviar las muestras del commodity que recibe a los laboratorios de las cámaras arbitrales de cereales para obtener así un análisis “neutral”.
En este punto la voz cantante la llevó Javier Buján, de la Cámara Arbitral de Buenos Aires, quien planteó que “reinstalar el trigo argentino en el mundo no es algo que sólo se hace con más kilos, sino también con calidad. Esa calidad no puede ser determinada solamente por una de las partes interesadas”, explicó el corredor.
Otra de las iniciativas incluidas en el documento que firmaron 25 entidades fue la realización de un congreso internacional de trigo en Argentina en 2018. También se resolvió enviar una delegación de la cadena triguera a Brasil para cerrar filas con los principales compradores del cereal argentino.
Carlos Magariños, el embajador argentino en ese país, estuvo en la reunión de los trigueros y señaló que “es un momento extraordinario, pues Argentina ha recuperado en Brasil el prestigio de un país que hace lo que dice. Ahora allí tienen certezas de que tenemos el propósito de avanzar en un programa de integración serio y concreto”, explicó.
Hubo también una cerrada adhesión de las entidades trigueras a la ofensiva oficial contra los operadores informales de la molinería, a través de los controles de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (Succa).
Al respecto, Urriza aclaró que el gobierno espera para mitad de año tener concluido el proceso de incorporar cajas negras y caudalímetros en todos los molinos, para monitorear en directo la molienda de trigo y evitar maniobras de evasión.
Diego Cifarelli, titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), logró introducir en el temario la propuesta de su sector para que se evalúe una suba de los reintegros a la exportación de harina, que actualmente son del 3%.
La intención de ese sector industrial es conquistar nuevos mercados, especialmente en África, para elevar las exportaciones de ese subproducto de 1 a 2 millones de toneladas anuales.
Fuente: Agencia Telam