Según las primeras proyecciones para la campaña 2017-2018, la cosecha del cultivo bajaría un 3,5%. “Si vemos el rendimiento promedio de los últimos 15 años, la soja es el principal cultivo del país y el único que está estancado en rendimiento”, destacó Bassi y agregó que una de las causas es la falta de aplicación de los descubrimientos tecnológicos por parte de los productores.

En Argentina se aplica un promedio de 37 kilos de fertilizante por hectárea, mientras que en Paraguay se utiliza un promedio de 230 k/ha de y en Uruguay de 90 k/ha. “Cuando vamos al campo y hacemos las pruebas con 140 k/ha, vemos la respuesta y un potencial que no se está explorando”, explicó el Vicepresidente de Fertilizar e hizo hincapié en el rol de las redes de ensayo que realizan estudios de campo en lotes de productores.

Bassi calificó al productor sojero como “muy conservador” a la hora de incorporar tecnología: “Si la gente estuviera convencida, apostaría más, pero no revisan qué tecnologías utilizan, sino que lo tienen como un cultivo seguro con una estrategia de mínimo costo. Si lo hicieran, la soja le dejaría más renta”.

Según indicó el estudio realizado, con un costo extra de 40 dólares, el productor recibiría entre 90 y 120 dólares, es decir, entre 50 y 80 dólares de ganancia. “En zona núcleo sojera estamos logrando entre 400 y 500 kilos de soja extra”, resaltó.

“Para que un cultivo se desarrolle, las retenciones no son favorables, pero hoy el productor ya está en condiciones de apostar fuerte a la fertilización porque es un buen negocio”, agregó el Vicepresidente de la Asociación Civil que contribuye al logro de una agricultura sustentable y que siempre propone recurrir a la rotación de cultivos.

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