“El tema del Límite Máximo de Residuos (LMR) ha tomado en los últimos tiempos una consideración importante para el comercio internacional de agroalimentos”, afirmó el profesional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) Daniel Mazzarella, al disertar en el 25º Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que terminó hoy en Rosario.
El profesional del Senasa habló sobre “Residuos de productos fitosanitarios. Criterios regulatorios locales e internacionales”, y explicó que el LMR provee “una confirmación legal de que los cultivos han sido tratados con productos fitosanitarios a través de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)” y que permiten la exportación de alimentos al mercado internacional.
En ese sentido, sostuvo que a partir de la implementación de “las BPA se cumple con lo que especifica el marbete de un fitosanitario al aplicarlo en productos vegetales destinados al consumo humano”, y explicó que “los LMR proveen una confirmación legal de que los cultivos han sido tratados dando cumplimiento a las BPA”, a través de condiciones de uso aprobadas, número de aplicaciones permitidas y tiempo de carencias.
Respecto del comercio internacional, Mazzarella aclaró que hoy “el productor debe saber dónde va a exportar para ver cuáles son los productos permitidos en ese país”, y respetar el correspondiente LMR, porque “excederlo puede implicar el cierre de un mercado”.
“La aplicación sin tener en cuenta las indicaciones del producto conllevan el riesgo de la aparición de resistencias a los fitosanitarios, con sus posibles problemas en las exportaciones de productos agrícolas”, subrayó el especialista.
Mazzarella alertó que exceder el LMR “implica una violación de la ley”, aunque destacó que “no significa necesariamente que exista un riesgo para la salud del consumidor” dado que “siempre hay un margen de seguridad mayor”.
El representante del Organismo afirmó que en el Senasa conocer los LMR permite una evaluación y gestión del riesgo del consumidor, y establecer medidas como cancelar cultivos que ya no tienen mercado o definir tiempos de carencia más altos para que la curva de degradación de un fitosanitario sea más extensa”.
Más adelante destacó la importancia de que haya un Registro Nacional, la existencia de los requisitos del LMR a nivel nacional, y también ponderó las buenas prácticas de laboratorio en los análisis de los LMR, dado que “esa certificación que tenemos en la Argentina desde el 2014 le da a los ensayos nacionales mayor calidad y mayor confiabilidad”.