El manejo sustentable de la sanidad de los cultivos tiene una base irreemplazable: el monitoreo. Y, de acuerdo a Daniel Igárzabal, asesor técnico especializado en protección vegetal, “monitorear es compatibilizar ambiente con producción”.

El experto dialogó con Clarín Rural en pleno inicio de la nueva campaña. Lo hizo considerando que es el primer momento del año para empezar a revertir estrategias de manejo que no son sustentable e impactan de lleno en la tecnología que portan los cultivos.

“El monitoreo es la clave para saber qué hay en cada una de las situaciones de un ambiente determinado y, a partir de eso, tomar las decisiones de manejo más acertadas. Fundamentalmente, en lo que hace a la protección vegetal ya que con decisiones ajustadas la producción expresaría su real sentido”, dijo Igarzábal.

El reconoció que creció mucho la superficie monitoreada y que también evolucionó, pero aun debe mejorar. Sobre todo, agregó, al ritmo que crece que la superficie agrícola en el país que, en poco tiempo, pasó de 20 a 30 millones de hectáreas sembradas y, de acuerdo a nuevos datos, se proyecta que llegaría a 43 millones de hectáreas al año 2027.

Por otra parte, citó algunos de los importantes problemas sanitarios que están afectando a los productores de diferentes zonas.

Entre ellos se refirió a la fuerte presión de las gramíneas en el norte del país, la expansión del yuyo colorado en la zona central o la abundancia de gusano cogollero, una plaga de maíz que está tolerando la resistencia genética que porta el cereal y eso implica que crezca la población de la plaga.

“Es muy importante entender que si no se planifica la agricultura en el mediano/ largo plazo, los problemas de resistencia no se solucionan. Y seguirán. Se necesita de decisiones estratégicas en el manejo”, afirmó Igarzábal, quien dirige la consultoría en sanidad Halcón.

Esta firma están organizando el décimo tercer encuentro de monitoreo en la provincia de Córdoba entre el 28 y 29 de este mes.

Por otra parte, el experto manifestó la importancia de las normativas como una herramienta para empezar a soluciones problemas.

“La responsabilidad por el manejo de las resistencias debe comenzar a mejorarse desde Gobierno, con una legislación clave en este sentido, y luego continuar por las empresas. Además, cuando estas mismas normas llegan a la escala del productor debería mostrar beneficios por llevar adelante una buena práctica agrícola y preservar el ambiente”, sostuvo.

Hablando de los desafíos, Igarzábal concluyó sobre la necesidad de reglas claras y proactivas, con una ley de productos químicos y aplicaciones nacional, que esté acorde con las normativas provinciales, y que acompañe el crecimiento de la agricultura nacional. Además, destacó, que los productores deben adquirir una visión sistémica del la agrícultura.