Las tucuras son insectos similares a las langostas. Poseen un aparato bucal masticador y un régimen alimentario específicamente fitófago. Su reproducción es sexual, y entierran sus huevos en los primeros centímetros del suelo. Tienen dos pares de alas que utilizan para vuelos prolongados y un tercer par de patas de tipo "saltador", lo que les confiere una excelente capacidad de traslado.
La inminente llegada del verano, las altas temperaturas y la escasez de lluvia favorecen las condiciones de sequía y eso alienta el aumento poblacional de algunas especies de tucuras que se alimentan de hojas de alfalfa, leguminosas y pasturas en los mallines y valles bajo riego de la Patagonia. Estas características, junto a su elevada capacidad de multiplicación, su voracidad y su régimen alimentario puramente fitófago hacen que, cuando las condiciones naturales les resultan adecuadas, puedan convertirse en serios enemigos de la producción vegetal.
Según explica el INTA en su portal web, en el país existen 203 especies de tucuras y langostas distribuidas por la mayoría de las provincias, de las cuales 14 podrían generar daños de relevancia económica. Entre las más dañinas se destacan las especies Dichroplus maculipennis (de alas manchadas) y D. elongatus, ya que no sólo atacan gramíneas sino también leguminosas y cultivos.
Una especie de tucura constituye una plaga cuando registra una densidad de entre 6 y 10 insectos por metro cuadrado. La cantidad de individuos por metro cuadrado determina el umbral de intervención -aplicación de algún método de control- que, para las pasturas naturales es de 8 a 10 tucuras por metro cuadrado, y en el caso de los cultivos ese número se reduce a 6.
Técnicos de INTA recomiendan la adopción temprana de prácticas de manejo para evitar el avance de esta plaga.
Desde la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Bariloche, Conicet, el Senasa y los gobiernos de Neuquén y Río Negro se emitió un alerta a los productores, ya que se detectaron los primeros nacimientos de tucura en ambas provincias.
La recomendación es recorrer los mallines, especialmente en los bordes y en aquellos lugares que tuvieron ataques durante el verano pasado.
Para los tratamientos de control, la indicación es realizarlos en forma temprana, cuando la tucura se encuentra concentrada en grupos, en estado de mosquita y saltona.
Se recuerda que es importante que los productores realicen los controles químicos de manera inmediata, antes de una masiva dispersión o incremento de los daños. Para tal fin se aconseja utilizar el equipo de protección personal para realizar los tratamientos de control y los insecticidas aprobados por Senasa.
Las altas temperaturas y la escasez de lluvia favorecen las condiciones de sequía y eso alienta el aumento poblacional de algunas especies de tucuras.
Rio Negro