“Es común encontrar a la plaga con un variado grado de desarrollo y hasta en estado de huevos según regiones, pero en general, la mayoría en estadíos iniciales y comenzado a afectar brotes y cortes de pecíolos tiernos”, afirmó el Ing. Nicolás Ianone, del Sistema de Alerta de Plagas del INTA Pergamino.
Frente a este escenario, brindó algunas recomendaciones para encarar el problema de su aparición en estadíos tempranos de crecimiento de la soja.
1- Observar los brotes terminales de soja. Un ligero plegado de los mismos indica presencia de pequeñas larvas de “bolillera” (H. gelotopoeon) en ellos. Un plegado del folíolo por la nervadura central del envés, es indicador de larvas de esta especie recién nacidas. En cambio, cuando los folíolos están formando un cerrado capullo, estaría indicando la acción de una larva del microlepidóptero conocido como “barrenador de los brotes” (E. aporema).
2- Abrir brotes plegados y verificar la presencia de larvas. Tomar 10 plantas al azar (no contiguas) en 4 zonas del lote, y determinar el % de plantas con larvas.
3- Detectar presencia, o no, de huevos. Se ven a simple vista. Son blanquecinos, individuales y en brotes terminales de las plantas de soja. Con la ayuda de una lupa se distinguirán las estrías longitudinales características de los huevos de bolillera.
4- Si hay camada de huevos no apurarse a tomar decisiones de control. Siempre que no haya cortes de brotes y tallitos tiernos producidos por presencia de orugas en desarrollo. Los tratamientos sobre huevos recién colocados es probable que requieran otra aplicación a los 8-15 días, debido a una nueva tanda de larvas producto de la eclosión de los mismos.
5- El control de larvas de bolillera no expuestas (ubicadas dentro de los folíolos) deberá basarse en el uso de insecticidas que tengan acción translaminar, o bien sistémica.
6- Si la soja está muy chica (V2-3), tener en cuenta que, independientemente del insecticida seleccionado, la residualidad será exigua, o al menos menor a la esperada.
7- Si la soja tiene un desarrollo mayor, posterior a V3, conviene usar insecticidas de largo poder residual y protectores de la fauna benéfica. Existen alternativas que además de cumplir con lo antedicho son muy eficientes en el control de bolillera y, a su vez, corresponden a productos de muy baja toxicidad, banda verde.
8- Hacer tratamientos con gotas chicas y protegidas. Los tratamientos contra bolillera tienen que caracterizarse por la buena aplicación del insecticida. En aplicaciones terrestres ello significa: “gotas chicas y protegidas”, mediante agregado de adyuvantes que permitan lograr buena cobertura así como minimizar evaporación de las gotas (productos con función antievaporante y tensioactivo).
Las gotas chicas, posibilitarán una mejor penetración o llegada del insecticida “al interior” de la masa vegetal (dentro de la canopia; es decir, buena llegada de gotas en la parte media e inferior de las plantas). Esto es básico y fundamental para lograr una mejor eficiencia en el control de bolillera, y la mayor deposición del producto activo en el vegetal que potenciará la residualidad del insecticida.