Una de las características de la actual campaña triguera es la demora en la siembra que ocurrió durante el fin del otoño e inicios del invierno, dada la falta de piso y excesos hídricos presentes en los lotes en general. Esto, aparte de conspirar contra las condiciones ideales de generación de rendimiento, somete al cultivo a presión de enfermedades que conspiran aún mas contra el potencial del mismo.
Tanto Septoria como Mancha Amarilla necesitan temperaturas que van entre los 20 a 25 °C con 12 a 18 hs de mojado. Si bien estas condiciones no se fueron dando sobre el final del invierno, el inicio de la primavera se está presentando de esta forma, fundamentalmente en las regiones II Norte y Sur. Es de esperar pérdidas potenciales de entre un 10 a un 15% de rendimiento debido a estas enfermedades. Pero es el caso de las Royas el más peligroso ya que con temperaturas de 11 a 15 °C y con solo 6 a 8 hs de mojado es posible ver la difusión de este tipo de enfermedad, que según sea la especie, puede generar pérdidas cercanas al 50% de rendimiento. Por su parte, las manchas foliares pueden llegar a tener una incidencia del 50 al 70% de la superficie foliar sin afectar en forma importante el rendimiento, pero en el caso de las royas, superar el 20% de incidencia es un pasaje directo a la perdida productiva alta.
Pero para su control, es necesario utilizar tanto productos probados en cuanto a su eficacia como así también aplicarlos en forma correcta. El tipo de pastilla a utilizar en la aplicación de fungicidas debería ser la denominada Cono Hueco, para lograr un nivel de turbulencia en la misma que permita llegar al envés de las hojas, teniendo como objetivo un número de 50 a 70 gotas/cm2. Lo ideal en cuanto a las temperaturas es que no sean superiores a los 25°C y que la humedad no sea inferior al 60%. En caso que alguna de estas condiciones no se hallen presentes, se deberá agregar coadyuvantes y o adherentes que mejoren la performance del producto.