La aplicación de los principales nutrientes (nitrógeno, fósforo y azufre) a los cultivos fue cayendo considerablemente en los últimos años. Esto se dio por dos razones: la baja en la rentabilidad de los cultivos por lo que los productores optaban por planteos “defensivos”, osea, sin aplicar el paquete tecnológico adecuado. Y a su vez, se incrementó la siembra de soja en detrimento de las gramíneas (trigo y maíz), y en este cultivo solo se fertiliza alrededor del 60% del área total sembrada porque invirtiendo lo mínimo en tecnología se logran buenos resultados, sobre todo en la región pampeana; en cambio la superficie de trigo y maíz se fertiliza casi en su totalidad porque los nutrientes son imprescindibles para obtener rendimiento y calidad.
Pero este año la ecuación cambió tras las medidas del gobierno de Macri: sin retenciones a los cultivos, salvo a la soja que se redujo un 5% y quedó en 30%, sin restricciones a la comercialización de los cereales y un sinceramiento en el tipo de cambio, el ánimo de los productores es otro y comenzaron a invertir nuevamente en tecnologías.
Hoy, a su vez, la relación insumo - producto es favorable, según destaca Fernanda González Sanjuan. directora ejecutiva de Fertilizar Asociación Civil.
Es decir, se paga menos kilos de grano por kilo de fertilizante. Esto se puede dar porque el producto que se vende es caro o lo que se utiliza para producirlo es accesible. "En este caso, el valor de los fertilizantes son bajos. Esto es una buena posibilidad para que los productores vuelvan a nutrir los suelos que tan gastados se encuentran", instó la directiva.
María Fernanda González Sanjuan, directora ejecutivo de Fertilizar Asociación Civil.
Para el caso del maíz, la relación insumo - producto de este año es la mitad en relación al año pasado y es la mejor de los últimas 6 años y en soja, en tres años, según datos de Fertilizar.
Como ejemplo, Sanjuan hace una comparación entre dos de los fertilizantes más usados en ambos cultivos.
En maíz, durante agosto de este año se compraba un kilo de urea (fertilizante nitrogenado) con 2,1 kilos de maíz mientras que el año pasado, se necesitaban más del doble: 4,3 kilos del cereal.
Para el caso del fosfato diamónico (DAP), fertilizante fosfatado, se necesitó en agosto de este año 3,2 kilos de maíz para comprar un kilo del insumo y en el mismo período de 2015 se había necesitado casi 6 kilos del cereal.
En soja, para comprar un kilo de superfosfato simple (SPS), producto que aporta fósforo, azufre y calcio, se necesitó en agosto de este año 1 kilo de soja mientras que en el mismo período de 2015 se necesitaba 1,5 kilos del poroto.
Y en el caso del fosfato monoamonico (MAP), un fertilizante que aporta nitrógeno y fósforo, se necesitó 1,8 kilos de soja mientras que en 2015, 2,5 kilos.