Comenzó a regir el Sistema de Gestión Integral de Envases Vacíos de Fitosanitarios por medio del cual las compañías de agroquímicos, en un plazo que vence el 11 de enero de 2017, deberán presentar un programa que garantice el reciclado y disposición final del residuo plástico.
Ley Nº 27.279 –publicada hoy martes en el Boletín Oficial luego ser sancionada en el Congreso a mediados del mes pasado– dispone que, una vez aprobado el programa presentado por las compañías, las mismas tendrán un plazo de nueves meses para implementarlo (lo que implica que la normativa estaría plenamente efectiva a fines de 2017).
La norma dispone que "usuario y aplicador serán objetivamente responsables de garantizar el procedimiento de reducción de residuos" por medio del triple lavado (establecido en la norma IRAM 12.069) y entregar los envases en un "centro de almacenamiento transitorio", para lo cual "podrán utilizar un transporte que no requiera de una habilitación específica".
También determina que "cuando el infractor fuere una persona jurídica, sus socios y miembros serán solidariamente responsables de las sanciones establecidas en los artículos precedentes, junto con sus directores, administradores y/o gerentes".
La Ley Nº 27.279 indica que los centros de almacenamiento transitorio serán responsabilidad de las empresas elaboradoras de fitosanitarios, aunque también menciona que los comercializadores de fitosanitarios deberán "colaborar" con las mismas en la "administración y gestión" de dichos centros.
La nueva norma deberá ser reglamentada antes del próximo 11 de diciembre por las autoridades de los ministerios de Agroindustria y de Ambiente.
Se prevé que la reglamentación aclare algunos aspectos controvertidos de la norma, tales como la obligación, por parte de los productores, de trasladar los envases a los centros de acopio autorizados (¿qué sucede si el más cercano queda a 300 kilómetros?) y las multas excesivas en caso de infracción (300 a 10.000 salarios básicos de la Administración Pública Nacional).
En 2002 un programa similar comenzó a operar en Brasil coordinado por el Instituto Nacional de Processamento de Embalagens Vazias (Inpev), una entidad –financiada por la compañías de agroquímicos– que se encarga de coordinar la logística y el reciclado de envases vacíos. En 2016 proyectan gestionar 44.500 toneladas de envases.
En todas las regiones productivas brasileñas existen actualmente 410 unidades de acopio de envases gestionadas por cooperativas agrícolas y asociaciones de empresas comercializadoras de agroquímicos. Además Inpev cuenta con vehículos que operan como "centros de recepción itinerantes" en aquellas zonas en las cuales no se justifica montar una estructura fija.
Inpev opera en el marco de acuerdos con diferentes empresas recicladoras de plásticos, una de las cuales –Campo Limpo Reciclagem e Transformação de Plásticos– fue creada en 2008 por compañías de agroquímicos (que integran Inpev) con el propósito de que el programa de gestión de envases llegue a ser en algún momento autosuficiente en términos económicos.
Parte del material reciclado en la empresa Campo Limpio se emplea para elaborar nuevos envases de agroquímicos. También producen chips de plástico (polietileno de alta densidad) que son comercializados a firmas elaboradoras de postes de plástico, sillas, mesas, etcétera.
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