La planificación es una herramienta clave para el manejo de malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas. Diseñar una estrategia ajustada puede ser el principio para frenar el avance en campos “minados” por malezas problemáticas como el sorgo de Alepo, el raigrás, los yuyos colorados o la rama negra.
Tal es el peso que tienen las malezas duras sobre los costos productivos que en muchas zonas se hace inviable la producción en campos arrendados.
Por este motivo, el INTA Pergamino tomó cartas en el asunto y decidió comenzar con un trabajo de seguimiento mensual a campo de las malezas que emergen pre-cosecha de los cultivos de verano y que serán las que estarán en activo crecimiento durante el barbecho de invierno.
Según destacaron los técnicos del INTA vinculados a este proyecto, Horacio Acciariesi, Jose Llovet y Gabriel Picapietra, “conocer el flujo de emergencias es de gran importancia, ya que ello deriva en una planificación de acciones que posibilita la anticipación y se evitan problemas mayores”.
En el primer informe, presentado recientemente por este grupo de trabajo, evaluaron la emergencia de las especies a inicios de abril en lotes sembrados con soja de primera y de segunda, y maíz temprano. Los lotes evaluados están bajo una rotación histórica de trigo/soja de segunda-maíz y soja de primera.
En esos casos, los técnicos observaron que en soja de primera, las malezas que tempranamente están emergiendo son ortiga mansa, capiquí y verdolaga. Por su parte, aun no detectaron malezas que estén naciendo en soja de segunda fecha de siembra, y sobre lotes con maíz de primera ya se ven rama negra, ortiga mansa, capiquí y peludilla.
“Conocer el flujo de las malezas es importante porque permite prever qué especies van apareciendo y determinar qué prácticas de manejo tiene el productor para anticiparse a problemas mayores cuando las malezas tienen avanzado crecimiento y son más difíciles de controlar ”, explicó Acciariesi.
Así, el informe que harán los técnicos se basa en la difusión de serie de imágenes en estadíos incipientes de la maleza “para que un productor o un profesional rápidamente las pueda detectar e identificar y luego diseñar un plan de manejo”, comentaron los técnicos.
En esa línea, Acciariesi concluyó que “con algunas características generales de cada especie se pueda determinar cuál es y, de ese modo, tener certezas de estar ante determinado proceso de enmalezamiento”.
Este monitoreo será una herramienta más para la dura pelea.