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Claves para mejorar la calidad de las aplicaciones de fitosanitarios

En años, como los últimos, en los que la rentabilidad de los cultivos no ha sido la esperada por los productores, optimizar los recursos y ser cada vez más eficientes fueron premisas para que el negocio sobreviva y sea sustentable.

Ahora, con un contexto distinto, lograr la eficiencia en tareas clave, como las aplicaciones de fitosanitarios, es algo que puede, además, marcar una amplia diferencia en rinde. Por eso, Clarín Rural dialogó con tres expertos para conocer cómo realizarlas de la mejor manera, contra enfermedades, plagas y malezas.

Para Rubén Massaro, especialista del Inta Oliveros, Santa Fe, en muchos casos se utilizan técnicas que generan alta deriva y, así, hay alto riesgo de dañar organismos que no son el objetivo. “Hay disponibles tecnologías en la actualidad como para realizar una aplicación casi sin deriva”, explicó. (Ver abajo Seis pasos para...).

Por su parte, Julián Etchegoyen, responsable de coadyuvantes de Rizobacter, coincide en que “hay que trabajar sobre la eficiencia de aplicación”. Y precisó que el 70% de la eficiencia de la aplicación de fitosanitarios se explica por la calidad de esa aplicación. Según el experto, los aplicadores argentinos evolucionaron mucho con respecto a los de otros países de la región, pero cree que igualmente queda mucho por hacer. 

En este sentido, enfatizó la importacia de los coadyuvantes, Entre ellos hay, por ejemplo, correctores para mejorar las condiciones del agua. Además, hay antievaporantes y reductores de deriva, para disminuir los problemas ambientales. También productos superhumectantes, que permiten lograr varios puntos de contacto, para el activo llegue al objetivo. 

Luis Lanfranconi, del Inta Río Primero, Córdoba, hizo foco en las malezas. “En las zonas de la Pampa Húmeda donde más temprano cosechan los cultivos de verano, aparecen rápidamente las malezas de otoño invierno, sobre todo la rama negra”, diagnosticó. En consecuencia, el experto destacó que los barbechos se deben realizar con herbicidas premergentes con acción residual.

Pero aclaró que, para que el preemergente actúe, debe llover una vez que se aplica. “Si no hay lluvias, hay que ver cómo aplicar o demorar el trabajo para cerca de una lluvia, porque el producto funciona cuando se incorpora en el perfil del suelo”, remarcó. 

Para malezas, plagas o enfermedades, las aplicaciones son clave. Por eso, vale la pena escuchar a los expertos y hacerlas bien. FIN

Seis pasos para ser los más eficientes​

Rubén Massaro, especialista del INTA Oliveros, brindó seis pautas para lograr una aplicación de calidad.

Conocer la calidad del agua. Se trabaja sin saber las características del agua y esto puede afectar a los fitosanitarios. 

Ordenar de manera correcta la carga en el tanque. Primero se deben colocar las suspensiones concentradas. En segundo lugar, los embulsionantes y, en última instancia, los solubles. Si hay que agregar un coadyuvante, se debe hacer al final. Además, el sistema de agitación más eficiente es el mecánico. 

Medir el caudal individual de cada pico. Se debe obtener la uniformidad de la distribución del caudal de la barra. Hay productos que quedan dentro de la cañería, se pegan y esto provoca que haya una desuniformidad en la aplicación.

Utilizar pastillas hidroneumáticas (antideriva). Las pastillas que se usaban antes eran solo hidraúlicas. Con esta tecnología, que trabaja con agua y aire, se puede reducir la deriva a cero.

Conocer las condiciones meteorológicas. Hay horas del día en que no se puede trabajar. Con temperaturas máximas 40 grados durante el día, la ventana de pulverización está acotada desde las 24:00 am a las 8:00. Y en días de menor temperatura, alrededor de 35 grados o menos, desde la madrugada hasta la 13:00.

Lavar los equipos. Es para evitar la fitotoxicidad de determinados herbicidas cuando pasan de una situación a otra. Hay que utilizar lavadores comerciales que sean capaces de aflojar las durezas de las cañerías y desactivar los productos.

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