Cargando...

Estrategias de prevención para el enanismo en girasol

También llamado Downey Mildew éste es un patógeno que ataca al cultivo de girasol. Puede infectar desde la emergencia (provocando damping off) como también es estadios avanzados del cultivo hasta estado fenológico estrella. Produce un enanismo muy marcado que no permite a la planta desarrollarse, sin dejar posibilidades de control químico mediante funguicidas foliares y puede  provocar pérdidas de hasta el 100% del lote.

El enanismo es causado por el patógeno Plasmopara halstedii, se registró por primera vez en Argentina a fines de la década del 50´. Hasta el momento se conocen muchas razas a nivel mundial, de las cuales aproximadamente 12 razas están presentes en Argentina. La última epitifia fue en la campaña 2001-02que causó pérdidas importantes en la zona girasolera de la provincia de Buenos Aires.

Situación actual

En el norte de Santa Fe, de las 85.000 ha sembradas en la actual campaña, fueron detectados varios lotes con este patógeno.  Algunos  lotes monitoreados por asesores de la zona en articulación con el colegio de ingenieros agrónomos 3° circunscripcion se identificó la ubicación, genotipo utilizado y porcentaje de afectación.

Entre las causas de estos lotes infectados se destacan las condiciones climáticas al momento de la siembra(agosto fresco, elevadas precipitaciones y suelos saturados), híbridos susceptibles y la baja efectividad de los curasemillas debida a la resistencia genética de algunas variantes del patógeno al fungicida Metalaxil, con el que se trata a las semillas respondiendo a la reglamentación vigente.

Pautas para su manejo

En este contexto se desarrolló en INTA Reconquista un taller que buscó poner en común la problemática y delinear algunas acciones tendientes a su prevención para la próxima campaña.  Las exposiciones estuvieron a cargo del  Ing. Agr. Facundo Quiroz, de INTA Balcarce que habló sobre el  “estado del arte de Plasmopara halstedii a nivel mundial y en Argentina” y del Ing. Agr. Mariano Cracogna, fitopatologo y actual director de la EEA INTA Reconquista, quién informó sobre el “avance del enanismo del girasol en las últimas campañas en el NEA”.

Del encuentro, participaron referentes de la investigación en el cultivo, representantes de INTA, organizaciones de productores, cooperativas y de empresas de insumos. El debate tuvo como ejes el manejo y control de la enfermedad, resistencia genética y protección química.

En cuanto a la resistencia, se mencionó que el patógeno tiene alta capacidad de generar variantes genéticas.  “Uno de los genes de resistencia perdió efectividad, pero en el mercado existen aún varios genes que tienen excelente control”. Por eso acordaron que, para las próximas campañas, es necesario contar con información detallada sobre los híbridos que se comercializan en la zona: los genes de resistencia qué tienen y  a cuáles razas son resistentes.

Sobre este punto no se descartó la posibilidad de que existan nuevas razas de las cuáles aún no se conoce su comportamiento. Por esto alertaron sobre la importancia de “dar aviso a las instituciones público/privadas sobre posibles detecciones del patógeno para proceder a la recolección del inóculo y realizar las pruebas correspondientes”.

Desde 2012 se detectaron variantes del patógeno tolerante al producto químico con que se trata actualmente la semilla  el Metalaxil. La propuesta, en el taller, fue “reforzar la protección mediante Dynasty Semillero, que tiene buen control para esta variante del mildew, aunque no tiene control total de la enfermedad”.

Por último, se conversó sobre las prácticas de manejo que tiendan a disminuir las infecciones. Se mencionaron las condiciones predisponentes para la infección del patógeno, “el agua libre a la siembra y temperaturas frescas”. Condiciones que existen en el norte de la provincia y para las que están más expuestos los cultivos en siembra temprana, por eso la recomendación es la de “sembrar en la fecha óptima, desde el 15 de agosto al 15 de setiembre y no anticiparla”.

La rotación del cultivo es otra práctica preventiva, debido a que las estructuras de resistencia del patógeno pueden permanecer mucho tiempo en el suelo, se estima que perdura entre 7 y 10 años. Por lo tanto, es recomendable “evitar cultivar el  girasol en dos años consecutivos”.  El laboreo tradicional del suelo disminuye la aparición de la enfermedad. Aunque no es una práctica conservacionista recomendada.

Entre las conclusiones se destaca el compromiso para el 2016 de conformar una mesa nacional de girasol para trabajar sobre esta enfermedad integrada por representantes de toda la cadena y que la información generada se disponga al sector productivo primario (productores y asesores).

Compartir: