En diferentes zonas productoras avanza firme la siembra de soja y asegurarse un buen stand de plantas es comenzar la campaña con el pie de derecho. Pero en este segundo tramo de la siembra aumenta el riesgo para la semilla, ya que se reúnen las mejores condiciones ambientales para el desarrollo de patógenos del suelo y de la semilla. Coincidentemente, esas buenas condiciones medioambientales también son propicias para el nacimiento del cultivo.
¿Qué hacer entonces?
“El uso de semillas de alta energía y poder germinativo favorece la obtención de plantas sanas y vigorosas; así como también evita la introducción del inóculo de patógenos a lotes donde no se hallen presentes”, dice Antonio Ivancovich, fitopatógolo de INTA Pergamino, en diálogo con Clarín Rural.
Y enfatiza que hay que tratar la semilla con curasemillas para el control de hongos de suelo, por sobre todo, y también para los patógenos que viven en la semilla, ya que las enfermedades terminan impactando de forma directa (pérdidas de rendimiento) o de manera indirecta (disminución de la calidad de la semilla).
El experto explica que hay patógenos que pueden ser portados por las semillas en bajos porcentajes, pero tienen importantes implicancias, ya que tienen potencial para ocasionar epidemias, como el caso del cancro del tallo (Phomopsis phaseoli var. meridionalis) o la mancha ojo de rana (Cercopora sojina), como lo demuestra lo sucedido en las campañas 1993 y 2010, respectivamente.
Antonio Ivancovich, experto en manejo sanitario del soja de INTA Pergamino.
Por otra parte, Ivancovich explica que la infección de la semilla puede originarse desde la floración hasta la madurez del cultivo, aunque los síntomas se observan durante los últimos estadíos reproductivos. En estos casos -agrega- los daños son mayores cuanto más temprano ocurra la infección. Y puntualiza que este año detectaron, a partir de muestras de semillas que han llegado al laboratorio de INTA Pergamino, que hay mayor presión de enfermedades fúngicas.
El especialista hace hincapié, principalmente, sobre tres enfermedades, dos de semilla: tizón del tallo y de la vaina (Phomopsis sojae) y mancha púrpura (Cercospora kikuchii), cuyas sintomatologías se van presentando con el crecimiento del cultivo, y una tercera de suelo, otro tizón, causada por el hongo Rhizoctonia solani, que ataca muy temprano, ocasionando muerte de plántulas.
Ante esto, Ivancovich aporta algunos consejos para cuidar el potencial de la semilla. Menciona evitar la siembra con baja temperatura de suelo, para que el cultivo emerja rápidamente y no quede más tiempo expuesto al ataque fúngico, o bien que los primeros estados fisiológicos del cultivo no coincidan con condiciones ambientales predisponentes para el desarrollo de los hongos (bajas temperaturas y suelo húmedo).
Para quedarse tranquilo, el especialista señala que un eficiente tratamiento de semillas con fungicidas ayuda al mejor control de hongos de suelo.