En lo que refiere al cultivo de trigo, después del ataque generalizado de roya de la hoja ocurrido en la etapa de inicio de macollaje, en los últimos días se volvió a observar, con severidades leves a moderadas y pústulas activas. Además se empiezan a visualizar las primeras lesiones de roya del tallo (Puccinia graminis), la que llegó a ser importante en la campaña anterior, según se desprende de un reciente informe del Laboratorio de Fitopatología de la Universidad católica de Córdoba.
También se destaca la presencia de Mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis), que se evidenció en cultivares de ciclo largo en estado de macollaje y encañazón, sobre todo en las hojas basales que todavía se encuentran activas.
Las condiciones climáticas serán las encargadas de marcar el “ritmo” del desarrollo de las patologías, cabe recordar que las condiciones de precipitaciones y la presencia de rocío son propicias para que muchos patógenos aumenten su severidad, entre ellos las royas, donde las temperaturas tendrán influencia sobre todo en la ”marcha” del cultivo. El monitoreo es fundamental en estos estadios.
En cuanto al garbanzo, el cultivo se encuentra en floración y comenzaron a destacarse algunas patologías tanto de cuello y raíz como de hoja.
Entre las enfermedades de cuello y raíz se visualizaron cancros por Rhizoctonia en la base de la planta como en ramas, mientras que en raíz se observó daño por Fusarium en los tejidos internos con el consecuente amarillamiento de la planta.
En la última semana monitoreada, se observaron y confirmaron los primeros casos de “rabia”, iniciando con síntomas en pocos foliolos y abundante y activa fructificación (picnidios).
Junto con Ascochyta se diagnosticó al hongo Uromyces ciceris-arientini, agente causal de la Roya del Garbanzo, enfermedad considerada de segunda magnitud a nivel mundial. Los síntomas de esta Roya son manchas amarillentas en las hojas donde se pueden observar pústulas de coloración marrón, que se disponen en círculos