El uso mundial de fertilizantes podría aumentar por encima de los 200,5 millones de toneladas en 2018, un 25 por ciento más que el registrado en 2008.
El consumo mundial de fertilizantes crecerá un 1,8% anual hasta 2018, según un nuevo informe de la FAO Tendencias y perspectivas mundiales de los fertilizantes para 2018. Al mismo tiempo, “la capacidad global de producción de fertilizantes, productos intermedios y materias primas seguirá aumentando”, según el estudio.
A medida que el potencial para producir fertilizantes supere su uso, el balance potencial mundial –un término técnico que mide la cantidad disponible sobre la demanda real- crecerá para el nitrógeno, fosfato y potasio, los tres principales fertilizantes del suelo.
El uso mundial de nitrógeno -con diferencia el elemento básico entre los fertilizantes-, se prevé que aumente un 1,4 por ciento cada año hasta 2018, mientras que el uso de fosfato se incrementará un 2,2 por ciento y un 2,6 por ciento el de potasio. En comparación, se espera que la oferta de esos tres importantes elementos crezca un 3,7, un 2,7 y un 4,2 por ciento anual, respectivamente, según el informe de la FAO.
El estudio no hace previsiones sobre los precios futuros, pero indica que los precios de los fertilizantes, tras haber aumentado en 2011, eran en general inferiores a mediados de 2014 que en 2010.
Crece el consumo de nitrógeno
Se espera que la demanda de fertilizantes nitrogenados crezca más rápido en África subsahariana, un 4,6 por ciento anual. Sin embargo, ya que el uso actual es bajo, la región necesitará en 2018 sólo 340 000 toneladas adicionales de nitrógeno en comparación con 2014, lo que representa menos del 5 por ciento del incremento mundial previsto.
En Asia oriental y meridional -que juntas suponen el 60 por ciento de todo el uso de fertilizantes nitrogenados-, el crecimiento en los próximos cuatro años será moderado, pero representará 3,3 millones de toneladas adicionales en términos de volumen.
Según las proyecciones de la FAO, los agricultores de América del Norte utilizarán unas 300 000 toneladas adicionales de fertilizantes nitrogenados en 2018, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 0,5 por ciento, mientras que los campesinos de Europa occidental se prevé reduzcan su uso en 50 000 toneladas,.
Nuevas opciones para suelos sanos
La aplicación de fertilizantes es una forma de sustituir el nitrógeno que se elimina del suelo con los cultivos. Mientras que el uso extensivo de nitrógeno puede implicar su desperdicio y dañar los recursos hídricos, el enorme incremento en el uso de fertilizantes ayudó a impulsar una rápida expansión de la productividad agrícola en la etapa de la posguerra.
Por un lado, el uso excesivo de fertilizantes en algunos lugares ha llevado a la contaminación del suelo en forma de depósitos de nitrógeno y en ciertos casos dañado los sistemas hídricos. Por otro, en la mayor parte de África subsahariana la infrautilización de fertilizantes significa que los nutrientes que se eliminan de los suelos con los cultivos no se reponen, lo que conduce a la degradación de la tierra y la disminución de los rendimientos.
El modelo de la FAO de Ahorrar para crecer y el primer principio de “Construir una visión común para la alimentación y la agricultura sostenibles” muestran formas de mantener o restablecer la salud del suelo mientras se depende de menos insumos, para aumentar de manera sostenible la productividad de los cultivos, explica Clayton Campanhola, director de la División de Producción y Protección Vegetal de la FAO.
La rotación de cultivos y el uso de abono y estiércol, adaptados a la situación local, pueden también restaurar el nitrógeno de los suelos. Algunas plantas -en particular legumbres como la soja-, tienen microorganismos en sus sistemas radiculares que captan el nitrógeno del aire y lo ponen a disposición de las plantas.
La FAO ha desarrollado también métodos para supervisar las condiciones de los cultivos en tiempo real, lo que permite tomar decisiones sobre la cantidad de fertilizante que se necesita. Los métodos para aplicar fertilizantes con precisión, en lugar de hacerlo en forma generalizada, también reducen el desperdicio y los daños causados por el escurrimiento de nitrógeno.
2015 ha sido designado Año Internacional de los Suelos, durante el cual la FAO está trabajando con sus socios para involucrar al público en torno a la necesidad de gestionar de forma sostenible este importante recurso para la producción de alimentos.
Mapa de las tendencias de los fertilizantes
El uso de fertilizantes variará ampliamente según la región geográfica en los próximos años, con una fuerte demanda de nitrógeno y potasio de África subsahariana, aunque a partir de bajos niveles de uso actuales.
Asia en su conjunto seguirá siendo el mayor consumidor de fertilizantes en el mundo y depende de las importaciones de los tres principales nutrientes. Incluso si Asia occidental sigue suministrando importantes excedentes de nitrógeno, fosfato y potasio.
Europa en conjunto también tendrá un superávit de los tres nutrientes debido a los elevados balances positivos en Europa del Este y Asia Central. Se espera que el uso de fertilizantes hasta 2018 se mantenga estable en Europa occidental, mientras que crecerá un 3,6 por ciento al año en la subregión oriental.
América Latina y el Caribe dependerán de las importaciones de los tres nutrientes durante el periodo de la previsión, durante el cual se espera que el uso de fertilizantes en la región crezca a un sostenido ritmo anual del 3,3 por ciento, según la FAO.
Las diferencias en la demanda global de nitrógeno seguirán siendo grandes entre continentes. En 2018, África demandará 4,1 millones de toneladas, Europa 15,7 millones, las Américas 23,5 millones y Asia 74,2 millones de toneladas.
A pesar de que se prevé que el uso total de fertilizantes en África subsahariana crezca a un ritmo anual del 4,7 por ciento -el más rápido del mundo-, este continente seguirá siendo un importante exportador de nitrógeno, proporcionando 3,4 millones de toneladas adicionales para el balance mundial.
Fuente: FAO