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Los detalles que hacen a un cultivo sano

Es un momento de plena emergencia de plagas, y teniendo en cuenta que en muchas zonas los cultivos están estresados por la falta de precipitaciones, estos se tornan más susceptibles a las adversidades.

Daniel Leiva, especialista del INTA Pergamino, elaboró un informe con consideraciones generales para preservar la integridad de los productos fitosanitarios y evitar la pérdida de eficacia en las aplicaciones.

Mediante una cuenta rápida, el informe destaca que a un promedio de 3 pulverizaciones por lote y 30 millones de hectáreas cultivables, la cantidad de hectáreas tratadas por año asciende a 90 millones.

Tanto los plaguicidas, herbicidas y fungicidas se aplican con agua como vehículo de transporte, y por ello este medio debe ser, principalmente, estable. De esta manera, se evita la desintegración estructural de los principios activos de los productos o bien que por ciertas reacciones químicas, se inactiven.

Según dice el informe, el agua, de por sí, es un medio agresivo para el producto, que en su envase original puede conservarse por 36 meses y, en cambio, cuando entra en contacto con el agua, su efectividad se compromete solo por algunas horas o días.

Leiva destacó que es la calidad del agua lo que compromete la eficacia del producto y, así, es fundamental solicitar un análisis físico-químico completo del agua en un laboratorio especializado.

Son cinco los parámetros a observar una vez que tengamos los resultados del estudio: el pH, que representa una medida de la acidez o alcalinidad; la materia orgánica en suspensión, que provoca fenómenos de adsorción; partículas de arcilla que también producen adsorción; la presencia de iones, cationes (calcio, magnesio, hierro y aluminio) y aniones (sulfatos, carbonatos, etc.) y la hidrólisis, la rotura de moléculas provocada por el efecto cinético del agua.

Para evitar la contaminación del agua de aplicación y que se modifiquen los resultados del análisis, el especialista hizo hincapié en la toma de la muestra. En este sentido, “las precauciones son tomar el agua del caño de abastecimiento al depósito y no del tanque; dejar correr el agua y lavar varias veces el recipiente”, remarcó.

También recomendó utilizar envases plásticos que no hayan contenido alguna sustancia contaminante del agua y añadió, por último, la época más favorable y el lugar donde tomar las muestras.

“El momento del año más adecuado es el verano, sin previas lluvias abundantes; consecuentemente habrá una mayor concentración salina y los mayores valores de pH”, dijo. “La calidad del agua varía significativamente en cortas distancias, por ende se recomienda analizar todas las fuentes disponibles de un campo y, por otra parte, el valor de este análisis es de bajo costo frente a los costos de los plaguicidas”, agregó.

Cada plaguicida tiene un valor de pH óptimo para conservar su principio activo; sin embargo, como promedio, se puede considerar un valor de pH igual a 5, concluyó el artículo de Leiva.

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