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El fósforo, moneda para el alquiler

Soy profesor de la Fauba e investigador independiente del Conicet. ¿Hay que reponer todos los nutrientes que se exportan con los granos? Para mantener constante el stock en el suelo, la respuesta teórica simple es sí. Para la situación presente de la región pampeana la respuesta es "no necesariamente". Los nutrientes en mayor cantidad en los granos son nitrógeno, fósforo, azufre, potasio, calcio y magnesio. Con el nitrógeno, al estar sujeto a múltiples salidas además de la exportación por la cosecha (gases, lixiviación), el concepto de reposición al suelo no se aplica en sentido estricto. El fósforo, en cambio, es el más crítico en su necesidad de reposición. Más de la mitad de los suelos pampeanos posee niveles inferiores a las necesidades de los cultivos. Un lote de soja de 4 toneladas de rendimiento exporta 24 kg de este elemento. Si no se reponen, el año que viene tendremos 24 kg menos en el suelo.

¿Cómo nos manejamos si el campo se alquila? Hay dos actores: el propietario y el arrendatario. El primero es el que se descapitaliza si el segundo no repone el fósforo que se lleva la cosecha. La herramienta para evitarlo es incluir en el pacto con el arrendatario una segunda moneda de pago (además del importe del alquiler): el fósforo. Esto es, incluir en el contrato la reposición de una cantidad de este elemento que, al menos, compense lo que se exporte por cosecha. En tal sentido, los valores de referencia son 3, 4, 6 y 7 kg de fósforo por cada tonelada de grano producida de maíz, trigo, soja y girasol, respectivamente. Se estima el rendimiento esperado del cultivo a realizar y se saca la cuenta. En el ejemplo anterior de un rendimiento esperado de 4 toneladas de soja, el valor de esta segunda parte del alquiler sería la aplicación de 24 kg de fósforo como elemento, que equivalen a 120 kg de superfosfato triple o fosfato diamónico.

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