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Al rojo vivo, por diez años de estar alerta

El manejo integrado de plagas tiene en el monitoreo uno de sus pilares más importante. Y es así, con este eje central, que Nicolás Iannone pensó al sistema de alerta de Inta Pergamino, que acaba de cumplir diez años, como la forma de anticiparse al ataque de las plagas y poder alertar a todos.

“En un principio, en el año 2001, surgió con el objetivo de monitorear el comportamiento de las posturas de Diatraea saccharalis en maíz -barrenador del tallo- que también afecta al sorgo”, relató el especialista en diálogo con Clarín Rural .

Ante este trabajo que se tornaba muy tedioso para productores y técnicos, agregó Iannone, pensó en la forma de adelantase, y de esa manera nació el sistema de trampas de luz que, inicialmente estuvo distribuido en la localidad de Pergamino (Buenos Aires) y sus alrededores y, actualmente cubre toda la región pampeana, Entre Ríos, parte de San Luis y también el norte del país.

El especialista continuó y contó que fue tal la eficacia de los primeros años que los productores y asesores proponían que el sistema se replicara para el resto de los cultivos extensivos, granarios y forrajeros. Por este motivo, las alertas también se hacen para eltrigo, la soja, el girasol y las pasturas.

Poco a poco, la información que originaba este servicio y que se difunde por correo electrónico, fue ganando adeptos y hoy, dice Iannone, aquel trabajo que solo había sido pensado para Pergamino y el primer año solo contaba con once direcciones de e-mail, alcanza a los 7.000 usuarios de manera directa y a los 30.000 de forma indirecta, gracias a la retransmisión que hacen agronomías, empresas de venta de agroquímicos y los medios de comunicación de distintas provincias.

Según el experto, la finalidad fundamental es poner en sobreaviso del riesgo de una plaga, mayormente lepidópteros. Además, con el alerta se adjunta un informe que busca “poner en mano de los productores las herramientas técnicas, de manera sintética, práctica y eficiente, por si la problemática se presenta en el campo”, afirmó Iannone.

Implícitamente, según aclaró, este servicio es la “oportunidad” de hacer un control a tiempo y racional, más considerando que en muchos casos cuando se detecta la problemática con este orden de insectos es tarde para efectuar un control eficiente.

Explicó que las trampas son colocadas tanto en campos privados como instituciones públicas, agencias de extensión y experimentales de INTA, colegios agroténicos y ministerios.

Por su parte, los demandantes del servicio son diversos y tienen distintas motivaciones. Detalló que hay productores de todas las escalas, empresas de aeroaplicación que quieren llevar adelante un mejor control, empresas agropecuarias (con amplias extensiones y a las cuales se les dificulta el seguimiento de toda la superficie) y también hay empresas de monitoreo que se apoyan en la información del servicio. En este sentido, manifestó que “se enorgullece” de que esta propuesta beneficie a los pequeños productores, que son los más imposibilitados de contratar el servicio de monitoreo profesional.

Sin dudas esta idea que arrancó como un pequeño proyecto se transformó, gracias al aporte del INTA y de los usuarios, en una experiencia exitosa e innovadora de esfuerzos compartidos.

Según Iannone a través de las consultas e inquietudes recibidas, obtenemos datos muy valiosos, y a través de la confianza y el agradecimiento de los productores se genera la suficiente energía y la dulce satisfacción de brindar servicio útil para todos.

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