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Eramos pocos y llegó la arañuela roja

El Sistema de Alerta del INTA Pergamino confirma que hay una importante presencia de arañuela roja, una plaga asociada a la sequía, en muchos lotes de soja de la Zona Núcleo, especialmente en los más castigados por la falta de lluvias.

Los especialistas insisten en que el control temprano es clave para bajar los riesgos de un insecto que ocasionó muchos daños en la campaña pasada.

“Si se espera hasta que el lote tenga un ataque generalizado, muy probablemente el estrés fisiológico de la planta, producto de la sequía, agravado considerablemente por las arañuelas, no pueda ser revertido y la soja queda “rostizada”, como si la hubiera quemado con un lanzallamas”, explica el informe.

Esta situación es irreversible, y en el mejor de los casos la recuperación sólo será mínima, aunque posteriormente llueva en abundancia.

Para ajustar el control, hay que conocer bien la evolución de la plaga. La arañuela comienza en pequeños rodeos que se visualizan globalmente por una coloración más pálida en las zonas atacadas. Dicha situación inicial juega en contra de las decisiones correctas de manejo porque se confunde con el impacto de la sequía. Pero el problema cambia, dramáticamente, cuando el exagerado calentamiento del suelo y del aire provoca corrientes convectivas y vientos que favorecen la dispersión de las arañuelas en los distintos lotes.

Por eso, es fundamental aplicar un tratamiento de insecticida ante la aparición de las primeras colonias de arañuelas en el tercio medio o al inicio de la aparición de tela.

Si hay presencia de muchos huevos (perlados e individuales, normalmente con cierta abundancia) conviene esperar unos días para hacer la aplicación, para, así, acercarse más al momento en el que nacen las arañuelas.

Antes de pensar en el insecticida, es de suma importancia no olvidarse de agregar un buen tensioactivo al caldo de aplicación, para reducir fuertemente la tensión superficial de las gotas de aplicación, con el objetivo de que no queden retenidas del lado externo de la tela, mientras las arañuelas permanecen protegidas y “saludables” debajo de esta especie de “techo”.

En cuanto a las alternativas para el control de arañuelas, una de las más eficientes, y de mayor residualidad a la dosis, corresponde al activo insecticida y acaricida llamado Abamectina, que se consigue a nivel comercial en varias marcas y formulaciones.

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